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Semillas para combustible alternativo

por Jose Roberto Duque
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Aquí en LaInventadera nos hemos propuesto hacer algo más que comunicar lo que hacen nuestros entrevistados, tecnólogos, inventores e innovadores. Nos interesan sus historias, pero como no hay forma de que su trabajo (e incluso a veces su vida) nos deje indiferentes, entonces vamos buscando la forma de ejecutar alguna incursión en el plano más concreto. Colaborar en lo que sea posible para ver si las creaciones e ideas de ellos dan uno o más pasos adelante es una buena forma de no quedarnos en una actitud simple y distante, tipo: “Ya le hicimos su reportaje, adiós y que le vaya bien”. No seas malo, eso no se hace.

A mediados de enero, una brigada de nuestro portal fue a Naguanagua a rastrear historias y noticias. Tuvimos la suerte de tropezarnos con Víctor Hernández, quien además de estar activo con varios proyectos (con uno de ellos ganó el premio “Luis Zambrano” en 2021) conoce a otros colegas suyos, y hacia ellos nos condujo. Este caballero del que hablaremos hoy, José Gregorio Jiménez, es el mismo del proyecto del yaretanol.

A mitad de la exposición de su trabajo, nos dijo que una de las especies vegetales no comestibles con las que está ampliando su línea de investigación es el todi blanco, conocido como canavalia en ciertos círculos, y “haba e burro” o simplemente todi en varios pueblos de Venezuela. Esta semilla sí se puede consumir (de hecho, es posible hacer con ella unos atoles y merengadas de buen sabor), pero su alto contenido de sustancias antinutricionales (tóxicas, por todo el cañón), y lo cuidadoso que debe ser su procesamiento, hace que sea preferible advertirle a la gente no informada que no la consuma.

El caso es que José Gregorio informó que tiene dónde sembrar una buena cantidad de especies para sus experimentos, es decir, para la producción de un combustible o carburante alternativo. Y como en LaInventadera somos, además de comunicadores, propagadores de semillas, le ofrecimos al tecnólogo unas semillas de canavalia o todi blanco y ya le enviamos unas cuantas para que las multiplique y avance en su investigación y produción de etanol. Le hicimos llegar 66 semillas, cada una de las cuales se multiplicará unas 50 veces en la primera cosecha, que debe ocurrir a los 6 meses, y voverá a cargar varias veces en los próximos años.

Para más información sobre el cultivo, bondades y recomendaciones sobre el todi blanco o canavalia, recomendamos leer este artículo.

El tecnólogo Víctor Hernández, quien además de informático y músico llevó las semillas a su destino, y de paso hizo las fotografías que acompañan esta reseña.

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