El fuego ha sido uno de los inventos más extraordinarios. La supervivencia del hombre y la mujer siempre dependió del fuego. Hay una película, La guerra del fuego, del Director Jean Jacques Arnaud, ganadora del premio César a la mejor película en 1981, donde se puede ver cómo algunas tribus se peleaban por robarse el fuego entre ellas. Tener fuego era tener el poder. A medida que el conocimiento fue ardiendo, es decir, fue avanzando, el fuego fue apareciendo en muchos lugares. En uno de esos lugares donde lo encontramos es en los fósforos.
Y de eso vamos a prender una conversación, vamos a conversar acerca del fósforo.
Hay quienes aseguran que fue Samuel Jones, en 1830, el que inventó el fósforo. Se dice que había asistido a las diferentes presentaciones que había hecho el farmacéutico inglés John Walker en 1826, del fósforo que había descubierto por casualidad, al mezclar de forma involuntaria dos sustancias químicas, el sulfuro de antimonio y el clorato de potasio. Y como pasa casi siempre, olvidó patentar su invento y fue ahí cuando entró Samuel Johnson y se apoderó de esta importante creación.
Hay que decir que desde 1680 se habla del descubrimiento del fósforo por parte del físico inglés Robert Boyle. Pero no hay más datos donde se pueda confirmar esa tesis. También, en 1670, un físico holandés que vivía en Inglaterra, Jan Ingenhousz, colocó azufre en frasquitos y después introducía un palito de madera y mediante la fricción lograba hacer fuego.
Es decir que el interés por la creación de este importante elemento era percibido por mucha gente. Porque entre otras cosas les facilitaba la vida a todos.
Pero la idea de hacer fuego con un fósforo o cerilla surgió en 1800. Con una astilla impregnada en azufre se lograba producir fuego. El Capitán Mamby, inventor de cohetes, fue el primero en hacer esta propuesta. Y fue en 1805 cuando el francés J. Chancel, mostró los fósforos de inmersión. Palitos de madera con una mezcla de azufre y potasio.
Pero como decíamos anteriormente, quien se quedó con la invención fue Samuel Jones. En 1830 patentó su invento y lo llamó Lucíferos, una clara alusión a la luz del diablo. No hay que olvidar que fósforo, en griego, quiere decir portador de luz.
El fósforo como lo conocemos hoy fue idea del Químico Alemán Anton Von Schrotter, en 1855. Y al que se le ocurrió colocar en la caja la franja de fricción para encender el fósforo fue al sueco J.E. Lundstrom, varios años después, en 1866.
En definitiva, fueron muchos los que intentaron acercarse a la candela para la creación de este importante elemento. Aquí, en Venezuela, pudimos conocer un semanario humorístico que se llamó El Fósforo, un periódico que se llamó así «porque en cualquier momento lo raspan». Ese era su slogan.
1 comentario
Muy interesante ROBERTO,