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“Y, sin embargo, se mueve”

por José Roberto Duque
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Luis Pinto propone un artefacto formidable que apuntalaría la creación de comunidades energéticas. Antes, debe superar algunas pruebas y controversias

José Roberto Duque / Fotos: Leorana González

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Antes de “entrarle” a la innovación de Luis Pinto es preciso insistir en que esta es la continuación de un proyecto orgánico, formulado por tecnólogos e inventores de la Mesa de Guanipa. El “manador” (así se llama el dispositivo ideado por el ingeniero mecánico Luis Pinto) extrae agua de los pozos profundos, mediante un sistema cuya evolución como idea, y su salto hacia el único prototipo existente, es la razón de ser de esta entrega en particular, y de una necesaria continuación en otra entrega.

El motivo de esta división es que se trata de una propuesta controversial. Esta primera parte, como ya se dijo, se ocupará de los inicios y evolución de la investigación. La segunda registrará la controversia, el debate, la razón por la cual la publicación de este trabajo debe contener permanentes señalizaciones y advertencias.

Emblemático balancín petrolero en la avenida Principal de San José de Guanipa

Más abajo matizaremos ese relato con datos de la historia personal del innovador, y su largo trabajo en busca de un artefacto del que ya existe un prototipo. Pero mientras tanto, a efectos de mantener el hilo cronológico de este especial sobre nuestra incursión en la Mesa de Guanipa, transcribiremos acá la entrega previa, sobre el taladro artesanal de Rufino Lista. El siguiente texto de Nelson Chávez Herrera, basado en la conversación con Rufino Lista, es un importante requisito que deberá cumplirse sobre el terreno antes de que entre en acción el manador de Luis Pinto:

“El taladro es cien por ciento compatible con el sistema manador (una bomba de succión por gravedad que no necesita de electricidad constante para funcionar). El taladro entrega al manador el pozo completado, encamisado, la tubería puesta en el nivel dinámico, listo para empezar a succionar. El manador tiene su independencia, porque puede ingresar en pozos ya perforados y empezar a bombear directamente. Pero posteriormente, el taladro garantiza el manteniemiento del pozo y entonces, los dos se hacen interdependientes”.

Este taladro, con algunos conceptos de innovación tecnológica, fue ideado por Rufino Lista para hacerle servicio a pozos. Puede “soplar” un pozo, limpiarlo, hacerlo circular, ponerlo nuevamente a producir en el mismo nivel o en otro más alto, donde va a colocarse la bomba de succión, o mucho mejor, el manador. Es el manador el encargado de colocar las bondades del agua en la superficie, para la siembra, para la vida de la comunidad.

Hasta aquí, el testimonio de Rufino Lista, recabado por Nelson Chávez.

Maqueta del manador (dispositivo de bombeo hidroneumático y gravitatorio) de Luis Pinto

De que funciona, funciona

Lo primero que es preciso aclarar es la perspectiva del reportero, ese individuo que va en busca de unas explicaciones y una información, atraído o motivado por una noticia o historia interesante, llamativa y estimulante. Hemos acudido al encuentro de un grupo de innovadores que tienen proyectada una misión y una propuesta encomiable y revolucionaria, en El Tigre (Anzoátegui): la construcción y activación de una comunidad capaz de generar su propia energía, sus propios alimentos y su propia organización social. Ni más ni menos, una comunidad energéticamente sustentable, el ideal o principio de lo que debería ser un poblado al margen de la ciudad capitalista en decadencia.

El elemento instrumental, herramienta o dispositivo generador de ese impulso fundacional sería el manador, una innovación que, además de extraer agua de los pozos, no depende para su funcionamiento de la alimentación constante de energía, proveniente del Sistema Eléctrico Nacional, o de plantas a gasolina o gasóil. Según su creador, es además capaz de generar electricidad, mientras saca el agua subterránea a la superficie.

Volvemos al punto de vista del observador: hemos visto el prototipo y podemos dar fe de que funciona. Es decir, hemos visto que puede extraer agua de una fuente, y eso está registrado en videos que pueden verse en YouTube y redes sociales. Pinto asegura que su capacidad de extracción es, en condiciones ideales, de 7 litros de agua por segundo. Lo que ni el reportero ni nadie ha verificado es otra de las virtudes que anuncia su creador: que ese dispositivo puede permanecer en movimiento sin ayuda externa. Una vieja utopía o sueño, el movimiento perpetuo.

Ingeniero Mecánico por la Universidad de Los Andes

Hay algo verídico y comprobable, y es que el manador se mueve, y lo hace sin electricidad. Para los efectos de lo que interesa al reportero, y a cualquier ser desvelado por los temas de la generación de energía, esto ya es una conquista de la tecnología popular. El problema, o el tropiezo, es el escepticismo con que es recibida por técnicos, académicos y especialistas la manera en que el inventor formula los alcances de esa conquista. Por mucho que Luis emplee la más didáctica de las imágenes explicativas para ilustrar el cómo fundamental (¿cómo un mecanismo se mueve «solo»?); por mucho que Luis reconozca, admita, conceda la razón a quienes le dicen que a su aparato le hace falta algún tipo de intervencion externa para mantenerse en movimiento, la comunicación queda rota cuando el caballero se para firme frente a la rotundidad de la primera ley de la termodinámica: la energía no puede ser creada, ni tampoco destruida.

Y mire que Luis lo explica con sencillez: «De la misma manera en que un niño es capaz de moverse cada vez más alto y más fuerte en un columpio, sin acudir a ningún apoyo exterior para impulsarse, así el manador resuelve su funcionamiento con una intervención que hicimos en el peso del péndulo». Olvida Luis que ese niño que se columpia debe comer (obtener energía externa) para moverse y mover al columpio.

Recordando ese impulsarse en los columpios de su niñez, Luis Pinto afirma que su experimentación más remota al respecto ocurrió en ese entonces, a los cinco años de edad. Los científicos, implacables, lo rebaten sin esfuerzo: «Ese impulso del niño no proviene de dentro del péndulo, sino de la energía química del niño». En una próxima entrega daremos pormenores de la continuación de ese debate.

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El balancín que saca el agua es del mismo tipo que el empleado para extraer petróleo, pero los tradicionales tienen adjunta una caja de transmisión y un motor eléctrico. Luis Pinto propone sustituir ese motor por el mencionado mecanismo basado en un péndulo, que reproduce o se basa (también) en el péndulo de los relojes de pared, pero sin la cuerda, y “que nos ahorra el uso de un tendido eléctrico, de kilómetros y kilómetros de guayas y postes. El sistema que lo sustituye es uno de bombeo mecánico e hidro-gravitatorio”.

Primera invención: la palabra “manador”

El tecnólogo e innovador, egresado de la Universidad de Los Andes (ULA) como Ingeniero Mecánico, tiene profusa experiencia en perforación de pozos, sabe lo que está diciendo y sabe qué es lo que molesta de sus anuncios a los ámbitos formales de la investigación científica. “Aquí entramos en controversia con la primera ley de la termodinámica”, dice, y relata varios de los momentos de su vida en que se lo dijeron, casi siempre de mala manera.

Otro ángulo de la maqueta

Cuando comenzaba sus estudios universitarios, un profesor de la materia “Elementos de Máquinas I”, se atrevió a hacerles a los estudiantes una infidencia: “Yo no sé cómo es, pero sé que algún día existirá un mecanismo que se mueva solo”, y esto fue una reflexión que no ha abandonado a Pinto desde entonces.

Luego, en “Termodinámica 1”, otro profesor desplegó una lámina y comenzó a describir un conocido ingenio basado en el tornillo de Arquímedes: un aparato que extrae agua de una fuente y va a depositarla, más arriba, en un tanque que deja caer el agua, y hace girar mediante una rueda el mismo tornillo que vuelve a sacarla hacia el tanque. Ese mecanismo, que hace ver como posible y hasta sencilla la construcción de una máquina hidráulica de movimiento perpetuo, es también utilizado para decirles a los estudiantes de las universidades de todo el mundo que ese mecanismo no es posible, así la explicación de cómo funciona suene razonable.

“Esto es imposible”, dijo el profe al final de la explicación. A Luis Pinto le pareció, y le sigue pareciendo, que esa es una forma castrante de enseñar las leyes de la termodinámica. Estableció una polémica con el profesor, y el resultado fue, por supuesto, que Luis no aprobó esa vez el curso. “Como esa Primera Ley es precisamente una Ley, cuando alguien la pronuncia hay que callarse la boca”, dice Luis, ya con buen humor.

“Al mecanismo que andaba buscando, ideando, me lo imaginaba surtiendo un oasis con agua subterránea, donde los animales vinieran a tomar el agua que manaba. De ahí el nombre ‘manador’: manantial realizado por un actuador, un sistema que le permitiera salir al agua a la superficie. Como es una máquina nueva debe corresponderle un nombre nuevo”. Así que el primer invento dentro del invento es el nombre que lo designa; “manador”.

El reloj, herencia de la abuela, cuyo mecanismo interno inspiró el péndulo base

El impulso ancestral

Luis nació en el campo petrolero de San Tomé (Anzoátegui) en diciembre de 1959. Su papá, un indígena kariña, hijo y nieto de kariñas, de nombre Eleazar Pinto, llegó a ser jefe de instrumentación de taladros en otro campo petrolero, en Mene Grande Oil Company (MGO). Su mamá, Yrma del Carmen González, fue una maestra normalista que debió abandonar su oficio para dedicarse al hogar y a los hijos.

“Que un indiecito venezolano llegara a ocupar el cargo que ocupó mi papá era algo extraordinario para la época”, dice Luis Pinto. Además informa que de ese caballero nacido en 1926 (siete años antes de la fundación de El Tigre y del inicio del boom petrolero de la zona), curioso y abierto a la comprensión y reparación de todo artefacto tecnológico, así no lo conociera, heredó ese empeño en llegarle al fondo mecánico y espiritual de las cosas. Trabajando en un campo petrolero, Eleazar descubrió que el mantenimiento mecánico de equipos radicaba fundamentalmente en la limpieza de esos equipos. Limpiándolo solamente, llegaba a la falla de artilugios tan intimidantes como un taladro de buscar petróleo en las profundidades. Cuando uno de estos aparatos se dañaba había que esperar al indiecito ingenioso para que resolviera el entuerto.

Retrato familiar de Eleazar Pinto

“Esa fue una generación que hizo todo de la nada”, razona Luis. “Yo pertenecí a la que vino después: la que oyó decir a sus padres ‘mis hijos no van a pasar por lo que yo pasé’, que en mi caso era eso de ir a un portón a buscar una oportunidad de trabajo”. Luis estudió en la ULA, egresó en 1986 y regresó a su tierra a sembrar maní con su padre. “Estar en el campo era la felicidad; yo soy un hombre del campo prestado al estudio de las las tecnologías que venían en auxilio del campo”.

Del momento en que debió comprender en carne viva la filosofía de Eleazar, recuerda que fue una vez en que, muy joven todavía, vio como su progenitor se aplicaba a fabricar un tornillo, pues lo necesitaba para hacer andar un tractor. Luis le preguntó si no era mejor ir a comprar el tornillo; la pieza costaba dos bolívares. Pero había que ir a buscarla en El Tigre, lejos del lugar donde estaba el hombre trabajando, en su finca. No había carreteras asfaltadas, era temporada de invierno y eso es un asunto grave en esos territorios. Eleazar le dio veinte bolívares a Luis, y le dijo: “anda a buscar el tornillo, pero en eso vas a tardar por lo menos cinco horas”.

El muchacho, que aparte de buscar el tornillo se distrajo en asuntos que vestían faldas, tardó mucho más de esas cinco horas. Regresó con el tornillo, pero sin el vuelto. Ya el tractor estaba funcionando y se habían resuelto las tareas del día. “Si yo me pongo a esperar ese tornillo no hubiera hecho lo que ya adelanté: hubiera perdido medio día”, le dijo el padre. “Eso me sembró fuerzas para inclinarme hacia esa filosofía: los problemas se resuelven con los recursos que tenemos a la mano”.

El insulto y la defensa

Luis regresó a la Mesa de Guanipa a trabajar en una empresa familiar de perforación de pozos de agua, y allí obtuvo conocimientos y destrezas que complementaron lo aprendido en la Universidad. Todo esto, sin que se le quitara de la mente el obsesivo tema del mecanismo autosuficiente, el sueño del manador.

En 1996 le tocó asumir el rol de Coordinador de la escuela de Mecánica en un tecnológico de la Fundación La Salle, en Guayana. Én tal carácter se vio al mando de un taller de máquinas y herramientas, y allí empezó a desarrollar su idea. Estaba en pleno trance de desarrollarla cuando se enteró de la convocatoria al primer Salón Eureka de Guayana. Participó allí con una versión primitiva del manador, que anunciaba como previsión la extracción de medio litro de agua por segundo de agua subterránea.

La propuesta atrajo el interés de quienes se acercaron a oírlo. Hasta que llegó el momento de presentarlo en Fundacite Guayana, a principios del siglo que transcurre. Escucharon su exposición con atención, pero cuando leyeron el tríptico informativo en que hablaba de un artefacto diseñado para funcionar solo, autosuficiente, que no requiere energía, recibió un insulto del presidente de la institución. La esposa de Luis, que se encontraba presente, intervino para defenderlo en estos términos: “a mí no me extraña que a mi esposo le digan cosas fuertes, eso lo hemos oído otras veces. Lo que me extraña es que se lo digan en esta institución, que se supone existe para recibir este tipo de ideas, para apoyarlas y mejorarlas”.

Explicando, frente al icónico balancín, el sentido de su innovación

“Esas palabras de la mujer que fue mi esposa, en mi defensa, hizo que ya no me importara si me ignoraban o me dieran la espalda. Para mí fue suficiente premio, y me dio el impulso para continuar. Hoy estoy convencido de que aquellos no eran los tiempos del manador; estos de ahora sí lo son”.

En una venidera entrega, una explicación más detallada del mecanismo del manador de Luis Pinto, y un breve debate que sostuvo el inventor, ingeniero y tecnólogo, en un grupo donde fue interpelado, defendido y rebatido por varios ingenieros, físicos y docentes e investigadores de tres universidades e instituciones.

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1 comentario

Rodolfo Carvajal 4 abril 2022 - 20:39

El Sr. Luís Pinto tiene un Punto de participación en la coyuntura o quiebre del actual Modelo Energético, que se sustenta a partir de fuentes primarias (Renovables y no renovables). El quiebre está signado por la forma de producción, distribución y consumo con el correspondiente control Político y Económico.
La actual Crisis Energética, está definiendo la actividad gerrerista de los mal llamados Países Potencia, por el control político y económico de las principales fuentes primarias (petróleo, gas y minerales como el Uranio y el Litio)
El Punto de participación del Sr. Luís Pinto, entra en controversia con los programas del Actual dominio Político, Económico y Tecnológico de estos Países Potencia, cuya colonización abarca nuestras mentes, insertando códigos desde nuestros inicios educativos. Ejemplo, nuestra actual generación inició aprendiendo la letra “O” con la imagen de un Oso Polar en el Libro Coquito de Primer Grado, por lo que conocemos mas de las cosas foráneas como buenas y desconociendo y hasta menospreciando lo Propio o lo nuestro.
Todavía los Tecnócratas están incrustados en nuestro Ministerios, encajonando nuestra participación a responder a intereses o ideales preconcebidas.
El Punto del Sr. Luís se pasea por la frontera de la primera Ley de la Termodinámica, cuyo enunciado se utiliza como un matamoscas para espantar las ideas que definirán la armonía de la vida humana y del Planeta en el Futuro; en contraparte muchos piensan en abandonarlo y buscar otro.
Amigo Luis Pinto, su valentía inspira y nos da esperanzas a quienes tenemos ideas en desarrollo que aportarán al bienestar social.
Aplaudo la iniciativa del Sr. Duque y su Equipo de La Inventadera, en visualizar a estos Científicos Populares, que son mas Científicos que Populares. Estos serán mas populares cuando el Estado con su participación directa, les permita desarrollar sus ideas y Proyectos sin Burocratismos que cansan y desaniman, por encima de los Paradigmas (códigos mentales) que pretendan seguir haciendo las cosas que se están haciendo y nos están llevando hacia la autodestrucción de nuestra Especie. Hagamos las cosas en forma diferente y que beneficie a todos.
De la experiencia hagamos o formulemos protocolos sin Tecnócratas, para que se alcancen los objetivos en beneficio de todos.
Mi aporte al Punto del Sr. Luís Pinto, es que la Primera ley de la Termodinámica no es una frontera o un límite o un matamoscas para las innovaciones. Es un Punto de apoyo para producir y distribuir la Energía en el Futuro.
Las fuentes primarias dominantes son las de origen fósil. Literalmente nos servios de las cenizas o lo que quedó de los antiguos habitantes de nuestro planeta, lo cual nos está llevando por el mismo camino de la Extinción.
Toda fuente primaria de Energía, requiere transformarla para aprovechar un pequeño porcentaje de la misma; el resto y mayor cantidad, se disipa o transforma en calor y gases de efecto invernadero, lo cual está causando aumento general de la temperatura del Planeta, con el consecuente cambio climático.
En las centrales hidroeléctricas usamos grandes cantidades de agua para producir Energía Cinética, luego en Energía Mecánica y finalmente en Energía Eléctrica.
Los Aerogeneradores usan la Energía Cinética de las Masas de Aire en movimiento, para transformarla en Energía Mecánica y esta en Energía Eléctrica.
El Carbón y los combustibles derivados de los hidrocarburos liberan su Energía Química para convertirla en Calor, Energía Mecánica y luego en Energía Eléctrica.
A excepción de la Energía Solar, las demás se transforman a Energía Mecánica y finamente a Energía Eléctrica, por medio de los Dinamos o los Alternadores.
En esta ecuación de las Fuentes Primarias y sus transformaciones a otros tipos de Energías, está presente un factor común que es la Energía Mecánica, al hacer que un conductor pase por un Campo Magnético, produciendo en el mismo un movimiento de electrones, generando la chispa y que a su vez se genera un campo magnético alrededor del conductor, lo cual permite el funcionamiento de los trasformadores elevadores de potencia para llevar la Energía Eléctrica a grandes distancias. De Allí las grandes Infraestructuras para su distribución.

Si el concepto del Sr. Luís Pinto, produce Energía Mecánica sin el uso de Fuentes Primarias, entonces la transformación de la Energía que se define en la Primera Ley de la Termodinámica, respalda su teoría porque en su concepto interviene la fuerza de Gravead o Energía Gravitatoria, sobre el mecanismo diseñado por nuestro Científico.
En pocas palabras aprovecha la Energía Potencial y la Energía Cinética en forma eficiente, con un mayor porcentaje de energía en su entrega.

Estudiando el centro de gravedad de algunos materiales y su manipulación, logré demostrar en términos matemáticos, que mediante la manipulación del Centro de Gravedad de un conjunto mecánico se puede obtener Energía Mecánica en forma directa; para ello se preparó un diseño teórico con mediciones coherentes. El conjunto mecánico solo requiere una pequeña cantidad de Energía Eléctrica para mover un motor 600 wt. a 1700 r.p.m, esta se eleva a 4000 wt mediante un inversor o transformador luego de pasar por el conjunto mecánico que requiere 5 kgf. Y produce 374 kgf en una relación de 1:73 es decir que por cada unidad de Energía Mecánica consumida, se producen 73 unidades de Energía Mecánica, (teórico y respaldado por el principio de la máquina simple “la palanca de segundo grado”). Este diseño o Conjunto Mecánico no es Eléctrico; pero es para Producir Electricidad, utilizando una pequeña porción del la Electricidad que el mismo conjunto produce y es amplificada por intervención de la Fuerza de Gravedad, la misma que impulsa la Energía Cinética del Agua en la Centrales Hidroeléctricas. Por lo tanto no estamos creando Energía, solo transformamos la que Existe, sin el uso de las tradicionales Fuentes Primarias. Por lo tanto entiendo y apoyo el Punto o Concepto del Sr. Luís Pinto.

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