Texto y fotos: Yusdely Espinoza
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Mitivivó, comunidad del pueblo de Mucuchíes, rodeada de frailejón y vestida de neblina, antiguamente caracterizada por excelentes maestros en tejidos y sus criaderos de ovejas, cultivos de trigo y muy parranderos, pues en cada familia no faltaba el telar horizontal y los instrumentos de cuerda para armar la fiesta.
Con los años ha cambiado un poco el trabajo del cultivo y del textil, pero se ha mantenido por generaciones la música típica de estos pueblos andinos. Hoy día gracias a la familia Espinoza Balza y otros integrantes de la comunidad que se han conservado como grupo de músicos de Mitivivó, tocan en paraduras, fiestas comunitarias, cualquier actividad cultural y otros eventos más, apoyando y conservando la melodía que nos regala el violín, la bandolina, el cuatro, la guitarra.
Todos estos miembros del grupo son autodidactas y tienen sus producciones musicales, han representado en distintos eventos del país y se han ganado los primeros lugares, tanto individual como en grupo.
No solo música
Uno de los integrantes de este grupo musical también se ha dedicado al trabajo manual artesanal, en donde además de alegrar a la comunidad con su talento como músico, les ofrece el arte de la carpintería, herrería y albañilería. Quién desde muy joven sintió la curiosidad de arreglar, crear, inventar y comienza a dedicarse a enmendar y fabricar piezas en hierro y madera, como las herramientas para los diferentes trabajos del campo, herramientas para la misma carpintería, albañilería, utensilios del hogar entre otros.
A muy corta edad comenzó con un mini taller y pocas herramientas, en donde poco a poco según su necesidad iba adquiriendo y en otros casos él mismo fabricaba sus herramientas. Cada vez eran más los que conocían al señor Octaviano Espinoza Balza no sólo por la música, sino también por sus buenos trabajos.
En su comunidad es el único que realiza todo este tipo de trabajo artesanal, es muy popular. Además, es maestro de construcción: ha ido a varias partes del municipio a construir casas, hornos, chimeneas, maneja muy bien la técnica de construir con tierra.
Para el año 2000 su taller crece un poco más, pues adquirió un crédito en el Banco Comunal, en donde pudo obtener algunas herramientas de tipo semi industrial, y materiales como hierro y madera, lo cual le ayudó a estabilizar mejor su trabajo y taller. Siempre tuvo presente que poner a trabajar la creatividad, el corazón y las manos, era una forma de servirle a la comunidad.
Su experiencia en estos años le ha servido para que cada día se perfeccione e invente más.
Agricultor y creador de herramientas
Siempre tiene trabajos por hacer, entre arreglar, diseñar e inventar alguna pieza o herramienta se le pasan las horas del día. Es agricultor, tiene su huertita y siembra cebollín, papas, zanahoria. Entre algunas de sus obras están: cepillo para pulir madera, prensa para taladrar, molino para hacer harina de trigo, hachas, picos, suelas, reverberos, cortadora para cerámica. Le creó una pieza al taladro industrial que se le había dañado, prensa para sacarle rosca a los tubos, utensilios para el hogar en madera y en hierro. Tallado del arado, el cual es utilizado para arar la tierra con un par de bueyes y la elaboración de trabuco, para la fiesta de San Benito. Esto para hacer mención de ciertos productos que ha elaborado, pero sin duda alguna que quedan muchos sin hacer mención.
Es un taller que ha formado no solamente con hierros, madera y herramientas. También es un taller que ha formado en familia, por su familia y con la familia. El apoyo desde siempre de su compañera de toda la vida, su esposa, y luego el fruto de ese amor que, sin darse cuenta, entre juegos e inocencia en el taller, su padre les estaba forjando el aprender para la vida.
El arte de los arados y trabucos
Para detallar un poco el trabajo del el señor Octaviano, él fabrica la suela, que es la herramienta para labrar los arados, hechos de madera. Estas suelas las hace con metales de reciclaje como ballestas de camión u otro hierro fuerte, les da la forma hasta transformarlas en suela. Les coloca el cabo de madera, también fabricado por él. Luego, pasa a tallar la madera la cual transformará en el arado.
Para fabricar el trabuco utiliza una madera especial que se encuentra en los páramos. Practica todo el ritual para cortar la madera, se guía por el ciclo de la luna y otros secretitos más. Comienza a compenetrarse con la madera hasta el punto de darle la forma deseada, oficio que lleva su tiempo para lograrlo; una vez que tiene la forma definida del trabuco, pasa a armar la parte relacionada con el hierro. Torna la barra, por lo general son piezas de carro de materiales acerados de alta resistencia. El orificio es de aproximadamente 5 mm de espesor, para que no sea mucha la pólvora que se le va a colocar.
Una vez teniendo la barra lista, se fija con una abrazadera al palo ya tallado, llamado caja. Esto debe quedar bien asegurado para que no se salga ni estalle con la fuerza de la pólvora.
Al final de la barra por la parte inferior se le suelda un tapón. Para cubrir ese orificio, se abre una pequeña perforación en un lateral en donde va a entrar la chispa que va a activar la pólvora, por medio del gatillo que mueve una especie de matillito que hace explotar la pólvora.
Fabricar el trabuco es de mucha responsabilidad y hay que estar muy seguro de lo que se hace, porque en sus manos y espíritu está que el trabuco funcione bien. No le debe quedar nada de falla porque es muy peligroso para la vida del que va a quemar pólvora. Desde todas las comunidades del municipio lo conocen y buscan para que les realice su trabuco, además de otros trabajos en sus diferentes artes. “Hasta los momentos gracias a Dios y a San Benito bendito, no han tenido ningún problema con los trabuqueros ni con los trabucos”.
En el tallado del trabuco, al final se pule, trabajo que lo realiza su hija y no hay quien la supere en trabajar también con madera sobre todo dándoles los últimos detalles.
Su hija Elizabeth, de 26 años de edad, desde muy niña le ha ayudado al igual que sus otros cuatro hermanos, todos tienen la destreza como su padre, pues su lugar de juegos era el taller, en donde ponían su imaginación a volar haciendo juguetes desde pequeños y ayudándole a su papá.
Crecieron entre el calor del hogar y la experiencia artística de su padre. Pero su hija lo superó, no hay quien pueda dejar sobre todo los trabucos tan pero tan bien pulidos y con un acabado excepcional como lo hace ella.
Él se siente muy feliz y orgulloso de tener el apoyo de su familia y que sus hijos hayan aprendido de él. A sus dos hijas hembras también les enseñó los diferentes oficios en donde él se desenvuelve, nunca le pasó por su mente si eran trabajos de hombre o de mujer, ya que por lo general la sociedad ha tildado que la carpintería y herrería en su mayoría es para trabajos de hombres y más en los pueblos en donde el patriarcado ha dominado.
Pero el señor Octaviano ha tenido otra perspectiva del trabajo y de la vida. Así que a sus hijas también las involucró en estos trabajos y en la actualidad le apoyan y junto a él hacen un gran equipo de trabajo en donde fabrican piezas muy bien elaboradas con su toque femenino.
“Estos saberes son la mejor herencia que se les puede dejar a los hijos e hijas en la vida, para que adonde vayan o se queden, tengan con qué defenderse, sea hombre o mujer tienen que aprender hacer algo, no depender de nadie para su bocao de comida, para trabajar ni para vivir.” Palabras textuales del señor Octaviano.
Al señor Octaviano, conocido como el herrero, el carpintero, el albañil, el músico de Mitivivó, lo pueden ubicar en su taller en la comunidad de Mitivivó, municipio Rangel, es una comunidad que se encuentra a 15 minutos de la carretera transandina pasando la comunidad de La Toma. Es un sector encantador con frailejones y neblina que acompañan las tardes, con casa antiguas de tapia de techos de teja y con viviendas también muy modernas hechas por el gobierno revolucionario.
Su gente es muy amable y trabajadora, siempre están haciendo algún oficio. Si quieren conocer de la música andina típica pueden también acercarse a esta comunidad.
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Apéndice; el molino de trigo
El señor Octaviano diseñó una máquina para moler trigo y obtener la harina. La base es una máquina de moler comercial, él le agregó para graduar la medida de la caída del trigo al molino, ya que si se le agrega mucho la máquina se pega, tiene la posibilidad de medir al punto exacto y que no fuerce la máquina.
1 comentario
Interesante. Saludos desde los Majestuosos llanos del Orinoco en el estado Anzoátegui Venezuela