En el año 2000 se celebró el primer Encuentro, en La ULA. La Inventadera estuvo en la edición 22
Nelson Chávez Herrera / Fotos: Wilfredo Machado
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Durante una semana, cada año desde el 2000, se celebra un evento cuyo nombre específico es: “Encuentro con la Física, Química, Biología y Matemática», en el que reciben a niñas, niños y adolescentes (NNA) del sistema educativo nacional, para familiarizarlos con las ciencias, enseñándoles experimentos y experiencias asombrosas en cada una de estas áreas del conocimiento.
La popularidad de esta actividad pedagógica y didáctica llegó a ser tan considerable que en 2006 decidieron viajar a visitar instituciones educativas a lo largo y ancho del territorio nacional, para llevar hasta otros lugares la experiencia. El prestigio del evento traspasó las fronteras y fueron invitados a México. Ni la pandemia logró detener la continuidad de esta iniciativa, pues en 2020, el Encuentro se realizó vía virtual desde la Facultad. La buena noticia es que este año vuelven a movilizarse hasta los liceos, colegios, escuelas del país, para vincular a los NNA con las ciencias desde lo experiencial, estimular su curiosidad e incentivar el descubrimiento de su vocación científica.

La fundadora del proyecto, profesora Patricia Rosenzweig (primera mujer licenciada en Física por la ULA y primera mujer Vicerrectora de la esta casa de estudios) habla sobre los orígenes de la iniciativa y cómo nació la idea: “Vino luego de ver en otra universidad un proyecto similar de muy poca dimensión, entonces me pregunté, ¿por qué en la Universidad de los Andes no hacemos esto?, llevar la universidad a la sociedad con un lenguaje bonito, divertido, para que los niños le pierdan el miedo a la física, a la química, a la matemática. El evento siempre ha sido en la Facultad de Ciencias, pero con la pandemia y los problemas de transporte, a los planteles les resulta difícil desplazarse hasta allá, nos invitan y bueno, los visitamos. Ya hemos ido post-pandemia a tres planteles, Barinitas nos invitó, también La Azulita. Es que a la Facultad de Ciencias a veces han llegado hasta 14 instituciones educativas del país a un mismo evento, quince mil estudiantes, mil quinientos en la mañana, mil quinientos en la tarde, por varios días. El proyecto arrancó muy fuerte y se frenó por la pandemia, pero sigue, lo importante es que sigue”.
Su actividad más reciente, en el colegio La Salle de la ciudad de Mérida, contó con la participación del Centro de Investigaciones de Astronomía Francisco J. Duarte (CIDA), cuyo equipo se sumó con telescopios, un panel solar de energía fotovoltaica y el sorprendente Astrobús.
El Astrobús en acción
Ángel Díaz, Jefe del Departamento de Divulgación Científica del CIDA, nos explica la participación de esta institución, a lo largo de la historia, en el Encuentro con la Ciencia: “El Departamento de Divulgación Científica, oficialmente, existe desde 2007. A partir de allí se fueron creando una serie de herramientas divulgativas para llevar el conocimiento científico de la astronomía a la mayor cantidad de público posible, a partir de ejemplos sencillos, para que puedan apropiarse de este conocimiento, hacerse preguntas, tener nuevas inquietudes, motivar su curiosidad científica. La herramienta Astrobús desde 2007 recorrió el país llevando actividades relacionadas con la astronomía, junto con un telescopio y un planetario. En 2014 se sumó el Astrobús 2. Éste es un museo móvil con temas de astronomía, pero también se utilizan teatrinos para explicar el sistema solar a los niños y niñas en edad de preescolar. Ahora también tenemos el lanzamiento de cohetes, porque estamos incursionando en las ciencias del espacio, para hablar de astronáutica, satélites, basura espacial, viajes, sondas interplanetarias. Atendemos a todas las instituciones educativas. Tenemos herramientas para trabajar con niños y niñas de todas las edades, con personas con discapacidad visual o auditiva, personas con discapacidad motora o cognitiva. Quienes quieran recibir nuestra vista pueden escribirnos una carta dirigida a la fundación CIDA, estamos atentos para servir a todas las comunidades del país. En el páramo, en la comunidad del Municipio Rangel, en el Observatorio Astronómico Nacional de Llano del Hato, tenemos atención especial a todas las escuelas”.
El Astrobús ha viajado a comunidades indígenas como la de San Francisco de Yuruaní. Ha estado en El Sombrero (Guárico), en la Costa Sur del Lago de Maracaibo (Zulia), en Güiria (Sucre), en los estados Miranda, Cojedes, Apure y Trujillo. En muchos lugares del país acompañando el Encuentro con la Ciencia. El profesor y Asistente de Laboratorio de Física General de la ULA, Álvaro Parra, quien formó parte del equipo que coordinó la actividad en el Colegio La Salle, comenta que “antes venían colegios de todas partes del país, el evento se fue haciendo muy famoso y empezaron a visitarse, desde el año 2006, otros estados del país, para que los niños de otros lugares también pudiesen ver las experiencias, los experimentos, conjuntamente con otros colegios, escuelas o liceos que se acercaban a donde estaba el evento. Así recorrimos yo creo que más de medio país, varios municipios de Mérida, Barinas, Trujillo, Táchira, Apure, Barquisimeto, Yaracuy, Falcón, Caracas”.
Parra explica la mecánica del evento: “Se lleva un conjunto de experimentos o experiencias de cada una de las escuelas de la Facultad de Ciencias. Un grupo de experiencias de física, química, matemática, biología. Lo de fotovoltaica se incluyó este año. En matemáticas, por ejemplo, tienen un conjunto de juegos que llaman ‘matemágicas’, donde a los niños y niñas se les adivina el número en que están pensando, luego los divulgadores les hacen entender que no fue magia adivinar ese número sino matemática. Se sirven de juegos y de teatro para explicar la matemática y a los niños y las niñas les gusta mucho. En el caso de la biología se llevan experiencias con animales vivos o con animales disecados, experiencias sobre ecología, sobre los climas presentes en Venezuela, sobre cómo se ha ido perdiendo la nieve de las montañas de Mérida, sobre los transgénicos, sobre el ADN. En física hay experiencias con electricidad, magnetismo, óptica, experiencias mecánicas como la silla giratoria, sobre la “conservación del momento angular”, hoy, aquí, en el Colegio La Salle, se exhibirá la ‘implosión o peso de la atmósfera’. Casi nunca se repiten las dinámicas, contamos con más de cien experiencias y experimentos, pero por cuestión de logística se llevan de veinte a treinta experiencias”.

La energía convoca
Sobre la experiencia del día con energía fotovoltaica, el profesor de Electroquímica de la Facultad de Ciencias de la ULA, Ricardo Hernández, nos comenta: “Hoy estamos aprovechando la exposición del panel fotovoltaico para dar una pequeña charla sobre las energías renovables, sobre la acumulación de energía en términos generales y sobre electroquímica: sobre baterías de tipo estacionario para equipos fotovoltaicos. Explicamos cómo la energía solar recibida por el panel fotovoltaico, en este caso, se acumula en una batería estacionaria que tiene capacidad para dar energía a un televisor, un bombillo, cargar teléfonos, una computadora portátil. Con el fotovoltaico se inicia este año una experiencia con el grupo de energías renovables que se ha llevado no solo a los colegios, sino también a las plazas públicas, con la pregunta: ¿Conoce las energías renovables?”.
Con todos los problemas de luz el fotovoltaico genera mucha curiosidad. A Hernández le parece natural; “Todos los momentos de crisis traen nuevas ideas, porque la gente se pone a pensar para resolver sus problemas. Las crisis obligan”.
De niño curioso a profesor titular de la Facultad de Ciencias
Álvaro Parra resume la historia del Encuentro: “Ha habido generaciones y generaciones de voluntarios y de voluntarias, porque la participación en el Encuentro con la Ciencia también funciona como trabajo de Servicio Comunitario. Lo importante a lo largo de los años es que se ha logrado que los niños y las niñas le pierdan el miedo a las ciencias duras y a las llamadas tres marías: física, química y matemáticas, mostrándoles que la ciencia y las matemáticas están en todas partes, que son algo cotidiano y, aunque no todos o no todas vayan a dedicarse a la ciencia, le pierden el miedo”.
“El caso más particular de este Encuentro con la Ciencia se dio en Biruaca en una visita al estado Apure hacia 2008. Se hizo un evento y a uno de los muchachos le llamó mucho la atención. Luego, con mucho esfuerzo, de esa institución educativa lograron venir hasta Mérida para asistir al evento grande. El niño conoció la Facultad, vio el Encuentro con la Ciencia en toda su magnitud y dijo: “Yo quiero estar aquí”. Ese niño, con esfuerzo, estudió en la Facultad, se graduó y ahorita es profesor de la Facultad de Ciencias de la ULA”. Desde 2020 el Encuentro con la Ciencia es reconocido como Patrimonio Cultural del estado Mérida. Espera convertirse en Patrimonio Nacional de nuestra República Bolivariana de Venezuela. Seguramente muy pronto agarrarán carretera para seguir acercando la ciencia a las nuevas generaciones de venezolanos y venezolanas. Científicas y científicos del futuro, probablemente, los estarán esperando.