En Venezuela, donde no falta el pescado, es preciso evitar la introducción de especies exóticas de comprobada voracidad que afecten a las especies autóctonas
Estalina Báez Ramírez – Walterio Lanz / Foto de portada: Mónica Ávila
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En la Revolución Bolivariana, desde tiempos de Chávez, ha existido una inmensa preocupación por garantizar la seguridad y la soberanía alimentarias y asegurar el derecho del pueblo a acceder a alimentos de calidad. El presidente Chávez, y ahora el presidente Nicolás Maduro, le han dado impulso a la piscicultura en el país, con el objetivo de asegurar proteína de excelente calidad para alimentación del pueblo venezolano.
Recientemente, atendiendo a esa preocupación absolutamente humana de alimentar al pueblo venezolano, el presidente Nicolás Maduro sugirió la incorporación de la tilapia como rubro alimenticio y promover su cría en el territorio nacional (VTV, 2022). Este artículo pretende presentar una breve exposición del por qué la tilapia no debería ser una opción a considerar y la importancia de volver a repensarnos en torno a la producción soberana de una especie autóctona, la cachama.
Las tilapias (Oreochromis spp) pertenecen a la familia Cichlidae y son de origen africano. Estos peces han sido introducidos en muchas regiones tropicales, subtropicales y templadas del mundo, con el objetivo de garantizar una fuente de proteína, de bajo costo y de gran calidad nutricional. Su elevada capacidad de adaptación a diversas condiciones ambientales (salinidad, temperatura, fuentes alimentarias diversas, otras) además de una elevada eficiencia reproductiva (cuidado de nidos, cuidado parental de huevos y alevines, reproducción semipermanente y precoz, otras), hacen de esta especie competidores exitosos con capacidad para desplazar especies autóctonas (Nirchio y Pérez, 2002).

Debido a lo antes expuesto, son consideradas como una de las especies invasoras más peligrosas del mundo y se han establecido con éxito en lamayoría de las regiones donde han sido introducidas. Ha sido reconocida dentro de las 100 especies más dañinas por el Grupo de Especialistas en Especies Invasivas (Invasive Species Speciallist Group ISSG 2018). A pesar de ello su cultivo se ha extendido en todo el mundo (Jacome, 2019).
Alerta: las cuencas hidrográficas y la introducción de tilapias
Hay que hacer la consideración de que la Orinoquia y la Amazonía son dos cuencas inmensas que abarcan un millón de Km2 y 7,5 millones de Km2 respectivamente. Esto nos da una idea de la importancia que tiene no solamente para nuestros países, sino para la humanidad toda, la conservación de la diversidad biológica en una macrocuenca que tiene más de 8 millones de km2 y en la que cualquier intervención que se haga, sea en el lado del Orinoco o en el lado del Amazonas tendrá un impacto inmenso.
En el marco político-legal, nuestro Plan de La Patria en su quinto objetivo histórico se da una alta relevancia a la conservación de la diversidad biológica y al resguardo y protección de las especies autóctonas pensando en el futuro de las nuevas generaciones; entonces cualquier tipo de intervención que se realice en esos territorios debe hacerse con cuidado y responsabilidad. De allí la importancia que tiene considerar con seriedad los peligros asociados a la introducción de especies exóticas especialmente si estas han sido reconocidas como invasoras; porque no toda especie exótica es considerada como tal.
El carácter exótico e invasivo de la tilapia está ampliamente demostrado como lo evidencian decenas de papeles de trabajo académicos, que han reportado y denunciado esa situación en al menos 10 estados de los Estados Unidos y aun en la propia África.
El lago George, ubicado en Uganda, en el centro este de África, fue invadido por la tilapia y cambió la estructura poblacional de las pesquerías en ese lago, ubicado en la misma zona del lago Victoria, que forma parte del origen del río Nilo. Ya se ha determinado con rigurosidad científica los cambios poblacionales de la ictiofauna en el lago George y en al menos seis casos bien documentados en América, como el caso muy emblemático del embalse, laguna o marisma de Guájaro en la cercanía de Barranquilla.

En ese cuerpo de agua ubicado en la cuenca del río Magdalena, se introdujo la tilapia y se cría tilapia, y las investigaciones han determinado que cambió la ictiofauna con el tiempo, las especies locales fueron desplazadas y ahora las pesquerías reflejan una mayor proporción de tilapia que de las especies autóctonas. Ese caso es emblemático, muy interesante, porque estamos hablando del río Magdalena con una longitud superior a los 1.000 km y algo así como 250.000 km2 de cuenca. Existe una alta probabilidad de que la tilapia haya bajado por el río Magdalena y que se haya propagado en las marismas y estuarios en la zona inmediatamente previa a la desembocadura en el mar Caribe.
Es imprescindible recordar que probablemente una de las capacidades más destacadas que tiene la tilapia es la de soportar diferencias significativas en la salinidad lo cual está demostrado, incluso acá en Venezuela. La Laguna de Los Patos, en Cumaná, ubicada en los alrededores de la Universidad de Oriente, ha sido ampliamente estudiada desde hace mucho tiempo. Según los testimonios de sus habitantes parece ser que a finales de los años 50 y a principio de los años 60 migró tilapia hacia esos cuerpos de agua.
La Laguna de Los Patos en realidad es una marisma que se comunica por la lluvia con el río Manzanares con una parte de su desembocadura en el mar Caribe. Allí migraron tilapias descontroladamente y ha sido determinado como un asunto importantísimo que esta especie también se ha reproducido en esa zona, que es una marisma salobre, y ha pasado al mar, donde tiene capacidad de sobrevivir, lo cual permite corroborar su elevada capacidad de adaptación. De allí el peligro de su propagación.

Estudios realizados en la zona, han demostrado que la tilapia ha sido capaz de remontar el río Manzanares aguas arriba, por lo menos en un trayecto de 60 kilómetros, y además se demostró que las especies autóctonas fueron afectadas considerablemente y fueron sustituidas en el nicho ecológico por la tilapia. Esto debe representar una alerta. El costo ambiental es muy alto, impagable.
En Cojedes se comercializa tilapia en los mercados. Entonces es necesario preguntarse: ¿hay tilapias en la laguna o embalse Las Majaguas? De ser positiva la respuesta, podríamos estar seguros de que esa tilapia ya alcanzó la cuenca del Orinoco, porque hay una comunicación directa entre la represa y las grandes zonas que se inundan en la época de lluvias en Venezuela. Esto representa varios centenares de miles de hectáreas en el estado Cojedes que se comunican directamente con el río Orinoco a través de los ríos Portuguesa y Apure.
Es necesario investigar qué tan extendida está la presencia de tilapia en nuestras cuencas hidrográficas, reencontrarnos con el compromiso de protegernuestra biodiversidad en las cuencas hidrográficas. Es muy probable que la tilapia ya está presente en el Orinoco por lo que cabe preguntarse, ¿qué hacer frente a eso? ¿incrementar la presencia de las tilapias en nuestras cuencas en desmedro de nuestras especies nativas? ¿seguiremos repitiendo los errores que se cometieron en Barranquilla, en Cumaná y en muchos otros lugares?
En por lo menos 10 estados de los Estados Unidos, fundamentalmente en Texas y las zonas pantanosas de los Everglades (Florida) se hallan elevadas abundancias poblacionales de esta especie invasora lo que les ha conducido a generar una legislación para prohibir la importación de alevines de tilapia para piscicultura o acuariofilia.

Virus de la tilapia
Otro de los problemas asociados a esta especie exótica son los virus naturales que están presentes en la tilapia (ej: Virus de Tilapia del lago, TILV) virus desconocido que puede afectar especies autóctonas en nuestros territorios americanos. Es necesario reflexionar:¿entonces qué pasaría si un virus de este tipo además pasa al ambiente y afecta a nuestras poblaciones autóctonas de peces? ¿existe alguna estrategia para abordar una problemática de gran magnitud?
Desde el punto de vista de nuestro territorio amazónico que es donde compartimos fronteras con Colombia y Brasil debemos considerar que en estos países el enfoque liberal del capitalismo ha conducido a que halla muy poca discusión y acciones para controlar la propagación de la tilapia. Por el contrario, existe una legislación que favorece su cría, de manera que independientemente de lo que nosotros podamos hacer ya la cuenca amazónica hace mucho rato que está en peligro como producto de las políticas emprendidas por estos países fronterizos hacia especies invasoras.
La cachama, soberanía alimentaria e importancia nutricional
La Cachama (Colossoma macropomun), tanto la negra como la blanca, es omnívora, se alimenta de todo aún cuando se orienta fundamentalmente a las especies vegetales, semillas y los frutos. La Cachama blanca (Piaractus brachypomus) se conoce más comúnmente como Morocoto. Son especies naturales de las cuencas del Orinoco y el Amazonas; es importante recordar que estas dos cuencas están comunicadas por un brazo del Orinoco que se desprende en algún punto a través del caño Casiquiare y que comunica el Orinoco con el río Negro, conocido también como Guainía.

Al respecto de la Cachama y su cría en Venezuela, es importantísimo recordar que existen antecedentes del trabajo realizado, pero poco divulgado, quizá intencionalmente silenciado, del Dr. Woynarovich, investigador de origen húngaro a principios de los 60, tiempo en el que desarrolló una experiencia de cría de Cachama, que culminó en la elaboración de un manual de cría y se instaló la estación experimental de Guanapito al noreste del Estado Guárico. En este laboratorio, que aprovechaba las ventajas del embalse de Guanapito, las investigaciones desarrolladas determinaron la viabilidad y conveniencia ambiental de la cría de Cachama.
Siendo la Cachama autóctona de nuestros territorios, si escapa al ambiente no causa ningún problema porque es originaria, es decir, no existe ninguna restricción, ni riesgo asociado de carácter ecológico. Su cría permite además el policultivo, no existe ninguna restricción para que su producción sea acompañada al mismo tiempo de la producción de por lo menos dos especies adicionales también autóctonas: el coporo (Prochilodus mariae) y el curito (Hoplosternum littorale) porque estos pueden adaptarse a tres nichos distintos en los ambientes en los cuales se han criado. La cachama domina los niveles superiores del cuerpo de agua, el coporo domina los niveles intermedios en el estanque y los curitos dominan la zona baja, donde se van concentrando los excrementos tanto de las cachamas como de los coporos. Ello afecta positivamente la nutrición al diversificarla y disminuye los riesgos asociados al monocultivo. La ventaja básica de tener tres variedades en vez de una radica en la disponibilidad de tres tipos de fuente de proteína en un mismo ambiente.

Es necesario rescatar las experiencias comunitarias e impulsarlas a nivel nacional como estrategia que permita el acceso a esta importante fuente de proteínas entre otros nutrientes para el pueblo venezolano. Desde el punto de vista nutricional al incorporar pescados de agua dulce como la cachama a la dieta del venezolano se aporta un alimento de alta digestibilidad, además de ser una fuente de proteínas de alto valor biológico y de aminoácidos esenciales, es bajo en grasas saturadas, aporta ácidos grasos esenciales (acido linoleico y ácido α-linolenico), ácidos grasos polinsaturados omega-3 como el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico. Además de poseer en su composición minerales (iodo, selenio, cinc, calcio, fosforo, magnesio, cinc, potasio), vitaminas (vitamina A, D, E, complejo B), carotenoides entre otros compuestos bioáctivos como péptidos (Freyre y cols.2005, Balami y cols. 2019, Ashraf y cols. 2020).
Es importante resaltar que la evidencia científica hademostrado la importante contribución del consumo de pescado en la reducción del riesgo de desarrollar enfermedad coronaria, reduce el riesgo de eventos trombóticos por la presencia de ácidos grasos poliinsaturados omega-3, entre otros compuestos bioáctivos (péptidos). A estos compuestos bioáctivos además se les atribuye efectos para reducir el riesgo de cáncer, hipertensión arterial, además de poseer actividad como antiinflamatorios yantioxidantes (Ashraf y cols. 2020).
Esta es una versión resumida del trabajo titulado “Dos peces: tilapia, una amenaza a la biodiversidad del Orinoco; cachama, un ejercicio de soberanía, publicado en la revista El vitral de la ciencia, número 7. Disponible en: revista.vps.co.ve
4 comentarios
En el estado Guárico en Calabozo existen tanques donde se crían para la venta y es un hermoso proyecto para las fincas de Venezuela con lagunas artificiales . Es importante para apoyar a economía y protección de los peces
Excelentes artículo, es posible encontrar un vínculo para tuitear o mandar por Whatsapp los contenidos?
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Realmente el costo de producción de la cachamas y coporo obligó a nuestros productores a cambiar a la tilapia roja o mojarra por su alta calidad y conversión cárnica