En este momento el fútbol tiene a la gente de cabeza. Se celebra la vigésima segunda Copa Mundial de Fútbol, en Catar, y son muchos los comentaristas voluntarios que andan por allí y otros los que escuchamos por televisión y en redes sociales. Mucha gente que durante estos cuatro años no había visto ni un partido de fútbol, ahora uno los ve comprando banderitas de Holanda, Francia, Alemania, Portugal, para colocarlas en sus carros y salir por ahí diciendo a qué equipo van.
De Catar, la sede donde se está celebrando el Mundial, se ha escrito mucho en torno a cómo alcanzó ser la sede del campeonato. Se sabe que hubo ciertos negocios hace diez años que mediante sobornos y pases y dribles entre exjugadores de fútbol y miembros de la FIFA, se logró que Catar fuera la sede. También ocurre que para levantar la serie de estadios donde hoy corren 22 futbolistas y observan miles de espectadores, fueron muchos los emigrantes que dejaron su vida en el campo de juego. Pero volvamos al fútbol y dejemos el negocio.
Hay un lugar común que dice que a los escritores no les interesa el fútbol. Sin embargo, algunos escritores se atreven a desmentir ese lugar común. Entre ellos está el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, quien en el Mundial de Fútbol de 1982, que se celebró en España, fue un cronista destacado. En una de sus crónicas decía que los comentaristas eran poetas, porque usaban un lenguaje que lo dejaba abrumado. Así, por ejemplo, decían: “El balón va mordiendo la grama…” y eso asombraba al Nobel peruano.
También escribió una crónica dándole vivas a Diego Armando Maradona, quien participó en ese mundial. “Maradona es un mito porque juega maravillosamente, pero también porque su nombre y su cara se graban en la memoria al instante y porque, por una de esas indescifrables razones que no tienen nada que ver con la razón, de entrada nos parece inteligente y nos cae simpático”. Decía, además, Vargas Llosa, que admiraba el fútbol, porque “…admirar a un futbolista es admirar algo muy parecido a la poesía pura o a una pintura abstracta”.
Otro escritor que también fue fanático del fútbol fue Eduardo Galeano, quien tiene un libro: Fútbol a sol y sombra, dijo que “el fútbol es la única religión que no tiene ateos”. Otro que fue portero cuando joven, el escritor y poeta Mario Benedetti, también fue amante del fútbol. Y hablando de fútbol dijo: “Aquel gol que le hizo Maradona a los ingleses con la ayuda de la mano divina es, por ahora, la única prueba fiable de la existencia de Dios”. El escritor y cronista mexicano, Juan Villoro, es otro que ama el fútbol. Tiene al menos tres libros en los que reflexiona sobre ese deporte: El mundo es redondo, Los once de la tribu y Balón dividido. Dijo que: “El fútbol se convierte no solamente en algo que permite una crónica deportiva, sino que a través de una crónica podemos entender parte de un país”.
Está bien, pero y ¿quién inventó el fútbol?
Hasta el momento es convencionalmente aceptado que fueron los ingleses los primeros en inventar el fútbol. Fue en 1863, en Cambridge, donde un grupo de 12 equipos decidieron reunirse para crear unas reglas que por lo menos evitara la violencia que se vivía cada vez que había certámenes. Y en ese mismo año de 1863 se creó la Football Association, que fue cuando se comenzó a jugar con más disciplina.
Ebenezer Cobb Morley fue el hombre que se encargó de planificar y organizar un encuentro con las diferente escuelas y clubes de fútbol de Londres, para fortalecer y crear un nuevo código que regulara el deporte. Esta reunión se realizó en una taberna, en Freemanson’s, y es en ese lugar donde se considera que arrancó el fútbol moderno.
En 1888 se crea la primera liga entre clubes ingleses. Fueron doce equipos de la zona norte de Inglaterra los que participaron. Este primer campeonato fue organizado por William McGregor, quien para ese momento era el director del equipo Aston Villa.
Otros equipos de Europa, que empezaron a conocer el fútbol gracias a los ingleses, empezaron a sumarse a este campeonato, y de esta manera, en París, Francia, en 1904, se creó la Federación Internacional de Fútbol Asociación –FIFA–, la organización que regula y negocia todos estos campeonatos mundiales.
Pase de balón
Sin embargo, hay investigadores que aseguran, y tienen papeles y documental para comprobarlo, que fueron los guaraníes del Paraguay, los que verdaderamente crearon este popular deporte. Dicen que este pueblo se divertía jugando con los pies, dándole a una pelota de goma y sin tocarla con las manos.
Los investigadores Marcos Ybáñez y la historiadora Margarita Miró, realizaron un documental, Los guaraníes inventaron el fútbol, donde demuestran que esto es cierto. Este documental fue presentado en el Festival del Cine Independiente, en Mar del Plata, Argentina.
También existe un libro, Platón y los guaraníes, del cura José Manuel Peramás, donde se afirma que el fútbol nació en este lado del mundo.
También los chinos reclaman paternidad en este invento. En los siglos II y III AC, tenían un juego que llamaban Tsu’h Kuh, que consistía en jugar con una pelota rellena de plumas o pelos, y meterla con los pies, sin tocarla con las manos, en la red que estaba sujeta en dos palos de bambú.
Por ahora, es mejor que sigamos, que sigamos viendo la copa Mundial de Fútbol.