No es que sea de extrañar: estamos en un mundo en el que se el agua, los alimentos, el rostro de las personas, las preferencias, vicios y necesidades de todo tipo han sido privatizados. En cierta forma, el cuerpo de la gente también ha sido objeto de apropiación y privatización.
Pero siempre hay que señalar los pasos adelante en materia de despojo de todo lo que le pertenece al ser humano, en beneficio de unos pocos. Una compañía privada ha obtenido en Francia una licencia para comercializar un abono a partir de la orina humana. Es decir, que hasta los desechos de nuestro cuerpo van a comenzar a enriquecer a un puñado de vivos.
Es inevitable que recordemos al recién fallecido Walterio Lanz, hombre de la ciencia del pueblo, quien fertilizaba semillas con sus propios orines. Los resultados fueron asombrosos y de eso habló con detalle en esta página, sobre un experimento específico. Sólo que Walterio no se aprovechó de esa obviedad que es patrimonio de los pueblos. En Francia sí habrá quien cobre por el derecho a usar las meadas de la gente.
Aquí, más detalles de esta otra aberración capitalismo.
1 comentario
buenas tardes, en la película venezolana el manzano azul, el abuelo( Miguel Ángel Landa) enseña a su nieto a *mear* las plantas para abonar.