En los albores de esta revista digital, en octubre de 2021, nuestro primer artículo publicado hablaba de una fórmula desarrollada en el IVIC: un producto capaz de tratar diversas afecciones cutáneas, especialmente la producida por la palometa peluda. Volvimos sobre esta noticia; acá, datos de su evolución y perspectivas
Soriana Durán / Fotos Candi Moncada
____________________
Lo que hace exclusivo a este aceite ozonizado no sólo es el precio con el que va a encontrarse en los expendios, sino con el IP con el que va a salir: “Mayor calidad por menor costo”, explica Andrea Mónaco, ing. en Procesos Químicos y uno de los cerebros detrás de este proyecto, relativamente sencillo, pero ambicioso.
Más que un tratamiento para los síntomas de lepidopterismo (término que recibe el conjunto de trastornos somáticos o lesiones epidérmicas producidas por el contacto con insectos lepidópteros), los aceites ozonizados elaborados en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas tienen la cualidad de prevenir, con un alto índice de efectividad, la picadura insoportable de la Hylesia metabus, nombre científico de la palometa peluda, y que en warao se conoce como “warowaro tijia” (mariposa que pica).
En su etapa adulta, esta especie clasifica dentro de las mariposas de vuelo nocturno que son atraídas por la luz; revolotean alrededor de bombillos, lámparas, focos, pantallas de celular y todo aquello que alumbre. Una de las tácticas rudimentarias para espantarla es apagarlo todo y quedarse en la penumbra total, cosa que puede resultar contraproducente para el quehacer diario, y como ella se cría en manglares, aunque también prefiere árboles grandes en zonas boscosas, puede convertirse en un problema de aspectos múltiples y complejos que perjudican el desempeño social, econonómico y cultural en comunidades rurales del oriente del país.

La existencia de esta criatura antecede cualquier remedio moderno. Ha azotado pueblos enteros de Bolívar, Amazonas, Sucre, Delta Amacuro, Monagas, Nueva Esparta y Miranda desde 1990, cuando se registró el primer avistamiento de esta especie en Venezuela. Desde entonces, la picadura de la palometa peluda ha sido combatida de manera mixta, tanto con remedios caseros (vinagre, desodorante de bolita, gasoil) como con fármacos industrializados. Los métodos caseros no alivian del todo y los fármacos suelen ser costosos y de resultados lentos.
Palometa y lo que venga
Y ahí es cuando entran en acción los aceites ozonizados del IVIC, que según nos cuenta Brenda Gutiérrez, también ing. en Procesos Químicos, su utilización reduce los costos generales del tratamiento convencional contra el lepidopterismo: “Minimiza el uso de antiinflamatorios, de antialérgicos y otros medicamentos que son de gran costo. El aceite sustituye todos esos tratamientos adicionales y disminuye su uso”.
Añade también que, si bien esta fórmula está en las últimas fases de evaluación, sus beneficios no se limitan al tratamiento y la prevención del letidopterismo: “Estos aceites tienen una potencialidad germicida, neuroestimulante, reparadora de tejidos, y actualmente son una alternativa novedosa para tratar distintas afecciones dermatológicas. Puede tratar distintas afecciones como dermatitis, psoriasis, escaras, una picadura de insecto que se infecte, quemaduras, úlceras… puede ayudar a reducir y a ir cicatrizando. Tiene otras aplicaciones adicionales, como contra el acné”.

Este producto es más económico que los aceites ozonizados que ya se encuentran en el mercado, y será hasta tres veces mejor porque su nivel de IP (Índice de Peróxido) es, por mucho, superior al resto. Alcanza un IP de 1000, contra el IP de 200 o 600 de las fórmulas convencionales.
“Con el estudio clínico que hicimos de la palometa peluda se tiene planteado sacar el producto por Farmapatria y más adelante en la industria privada, para que tenga acceso a todo el pueblo”, dice Mina Rengifo, que es TSU en Materiales Industriales.
Qué hay de nuevo
En este momento la prioridad es distribuir el producto de manera inmediata en comunidades afectadas por las fases de vuelo de la Hylesia metabus y prevenir sus posibles complicaciones.
No es la primera vez que el equipo detrás de la producción nacional de aceites ozonizados aparece en La Inventadera. Hace algún tiempo, Andrea Mónaco, Brenda Gutiérrez, Mina Rengifo y el Dr. Alexander Briceño, encargado del proyecto, han compartido sus avances científicos con nuestra gente desde el Laboratorio de Plasmaquímica y Nanomateriales del IVIC.
Esta nueva visita al laboratorio nos puso al tanto de sus nuevos proyectos, que consisten en aprovechar las múltiples aplicaciones de este producto en áreas como la salud vegetal: “Una ventaja que tiene el aceite es que no es selectivo, ataca cualquier microorganismo; ataca bacterias, hongos, virus. Queremos ver si extendemos su aplicabilidad a la salud vegetal, para atacar las plagas que azotan ahorita mismo a varios cultivos del país”, afirma el Dr. Alexander Briceño, refiriéndose al Dragón amarillo (Candidatus liberibacter spp) y al Fusarium oxysporum f. sp. cubense.

El primero, que es una bacteria, ataca a más del 50% de las plantaciones de cítricos (limón, naranja y mandarina) en el territorio nacional, enferma a la planta y sus hojas se tornan amarillas, el sabor del fruto se amarga y la pulpa se seca. Por otro lado, el Fusarium es un hongo que afecta a las musáceas y está presente en Aragua, Carabobo y Cojedes. Es uno de los más peligrosos en la agricultura (si acaso el único tan fatal) y se propaga con una terrible facilidad, ya sea por el suelo o por el agua.
Actualmente, se realizan pruebas con estos dos cultivos para comprobar la eficacia de la fórmula contra estas plagas: “Tenemos un proyecto que aprobó el ministerio para hacer las pruebas en cítricos para evaluar la eficacia. Pero en general, debería atacar cualquier virus, bacteria u hongo. “Ese es otro desarrollo que está ahí, en paralelo”, dice Alexander, que también dirige otros proyectos dentro del mismo laboratorio, como el de una emulsión elaborada con la base del aceite ozonizado y que tenía como objetivo ser una solución nasal para tratar sinusitis, rinitis y otro tipo de alergias nasales: “Había un caso de alguien que tenía como diez años sin percibir olores y con el uso de esa emulsión recuperó el olfato. La gente a la que le daba Covid, que la comenzaba a usar, lo que reportaba era que podía recuperar el olfato rápidamente”.
También quiere probar los resultados de esta emulsión en el tratamiento del lepidopterismo: “Queríamos ver si la acción de la emulsión es más rápida que la del aceite, porque el aceite hay que untarlo en la piel y es más lenta la penetración”.
Además, La emulsión también mostró resultados positivos en el alivio del tinitus debido a sus propiedades antiinflamatorias. Todavía se encuentra en períodos de evaluación, en pruebas de laboratorio necesarias para garantizar su efectividad.
“La idea es llevar un producto de bajo costo que tiene múltiples aplicaciones, no sólo en salud, que se puede utilizar para diferentes tratamientos, sino para la parte vegetal. Y el caso del tema vegetal es interesante, porque como se trata de un producto casi de origen natural, es una propuesta para reemplazar los agroquímicos, esos que son altamente tóxicos. Llegar al campo y al tema de la salud con un producto cien por ciento hecho en Venezuela”.
