Inicio Opinión y análisis La importancia del Esequibo

La importancia del Esequibo

por Eliecer Centeno
690 vistos

La reclamación histórica, válida y perfectamente ajustada al derecho nacional e internacional, de la República Bolivariana de Venezuela sobre el territorio de la Guayana Esequiba, ha sido objeto de un creciente interés mundial, debido al descubrimiento en el año 2015 de importantes yacimientos petrolíferos en la franja de costa frente a dicha región en disputa. 

La historia política del reclamo es algo que se ha hecho público en diversos medios nacionales e internacionales, y salvo ciertos matices puede ser resumida de la siguiente manera. En primera instancia, debemos remontarnos al siglo XVIII cuando el imperio inglés inicia su presencia en una zona poblada inicialmente por los  amerindios originarios, y posteriormente ocupada por españoles y holandeses. Luego de ciertas maniobras militares y políticas, los ingleses logran el control de una parte de la Guayana Holandesa (Hoy Surinam), específicamente su parte oeste, cuyo límite era el Río Esequibo. Esta cesión oficial por medio del tratado anglo-holandés ocurre en 1814. Durante la guerra de independencia en ningún momento los ingleses pusieron en duda el límite geográfico marcado por dicho río. 

Luego de la disolución de la Gran Colombia en 1830, y tras el descubrimiento de oro en la población venezolana de El Callao, inicia el “interés” inglés en marcar la frontera oeste de “su Guayana”, y es hacia el año 1835 cuando el gobierno británico comisionó al explorador alemán Robert Hermann Schomburgk, para el levantamiento de mapas que serán utilizados para este lindero, el fulano explorador procede entonces a trazar una serie de líneas fraudulentas con la finalidad de anexar los territorios de la recién nacida república, que a costa de las vidas de la mitad de su población, se independizó del imperio español.

En el aspecto natural, las riquezas del Esequibo, cuya cuenca hidrográfica significa el 73% del territorio en disputa, son también extraordinarias. En primera instancia existe una amplia biodiversidad, ya que se identifican 58 especies de peces endémicas, que sólo se encuentran en esta región, más de 900 de aves, unas 10 mil especies diferentes de plantas y 60 de anfibios que incluyen algunas variedades amenazadas de extinción.

Esta enorme diversidad de vida se encuentra amenazada actualmente por la minería ilegal. Cabe destacar que esta actividad no tiene base legal en este territorio, ya que, el Acuerdo de Ginebra de 1966, en su artículo quinto, establece que hasta no se dirima el conflicto, la República Cooperativa de Guyana, no debe entregar concesiones mineras, forestales, o de otra índole a proyectos transnacionales que afecten los recursos naturales.

La actividad minera ha generado una fuerte deforestación, que fue reportada por el Observatorio Global Forest Change, que indicó que entre 2000 y 2020 la superficie cubierta de bosque se redujo, y se observa que en los últimos 5 años se aceleró la pérdida forestal, cuantificada en al menos 63.444 hectáreas, es decir, el 47% del total denunciado durante el periodo de 20 años.

Pero lo que ha detonado, el reciente deterioro de la disputa territorio se remonta a poco más de 8 años, cuando en el año 2015 la República Cooperativa de Guyana firmó un acuerdo con el gigante transnacional petrolero Exxon Mobil, para la extracción de crudo en altamar. Es en diciembre del 2018 cuando el buque Ramform Tethys, contratado por la transnacional, fue interceptado por las autoridades venezolanas el sábado 22 de diciembre en aguas territoriales reclamadas por Venezuela, cuando realizaba trabajos de exploración sísmica en el Bloque Stabroek. Como dicha área forma parte del territorio marítimo reclamado por Venezuela a Guyana, las actividades de exploración fueron catalogadas por el gobierno venezolano como una violación a su soberanía. Desde ese momento se avivó las tensiones entre ambos países.

Los recursos minerales que se encuentran en el Esequibo también son cuantiosos, tanto en las zonas continentales como en su plataforma marítima. Sólo como un ejemplo, entre los años 1993 y 2005, la mina de oro Omai, ubicada en la ladera oeste del Río, en territorio reclamado y a sólo 64 kilómetros al sur de Georgetown, capital de Guayana, produjo más de 3,7 millones de onzas de oro, y constituyó una de las principales fuentes de ingreso de este país. 

A la fecha, la multinacional Exxon Mobil y sus asociados realizaron 46 descubrimientos de yacimientos en este disputado territorio, que totalizan alrededor de 11 mil millones de barriles, lo que representan cerca de 0,6% del total de las reservas mundiales de petróleo. Dicho consorcio petrolero espera producir más de 1,2 millones de barriles de petróleo y gas para 2027. Para tener una idea de lo que significa esto, Guyana (a través de la Exxon) pasaría a ocupar uno de los primeros 15 lugares como país exportador de petróleo, superando en el continente a Ecuador y Brasil, e incluso exportaría respecto al resto del mundo más crudo que el Reino Unido.Para Venezuela los recursos confiscados ilegalmente, unidos a nuestra producción actual, simbolizan la posibilidad real de volver a ser el cuarto o quinto exportador de crudo del mundo. Nos queda, tal como lo ha dicho contundentemente nuestro pueblo el 3 de diciembre: oponernos, por todos los medios, en el marco de la Ley, a la pretensión de Guyana de disponer unilateralmente de un mar pendiente por delimitar, de manera ilegal y en violación del derecho internacional. Así como impedir que la naturaleza esequibana y sus pueblos, sigan siendo víctimas de la continuación de la rapiña imperial.

Autor

Sabemos que también te interesará leer:
Compartir:

Deja un Comentario