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COP 28: ¿Principio del fin?

por Eliecer Centeno
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Hace poco más de una semana concluyó la Conferencia 28° de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28), celebrada entre el 30 de noviembre y el 13 de diciembre de este año 2023, en Dubái, ciudad con la mayor población de los Emiratos Árabes Unidos y su principal puerto. El evento fue el lugar de encuentro de altos mandatarios, delegados gubernamentales, especialistas en materia climática y otras menudencias, representantes de ONGs, y también voceros de empresas dedicadas a la extracción de combustibles fósiles.

Los próximos días y semanas serán oportunos para analizar el desarrollo de los resultados de la referida cumbre, cuyas conclusiones muestran posiciones encontradas.

En primer plano se encuentra la declaración en su discurso final del Secretario ejecutivo de la ONU para el Cambio Climático, Simon Stiell, quien al referirse a las contradicciones en las decisiones alcanzadas indicó que: “Aunque en Dubai no pasamos la página de la era de los combustibles fósiles, este resultado es el principio del fin”.La decisión fue adoptada por consenso, con el voto de casi 200 países, donde se reconoció la necesidad del declive del uso de carbón, petróleo y gas, por primera vez en un acuerdo, específicamente, la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles. Así mismo, la COP28 significó un importante avance en la financiación climática, al poner en marcha el Fondo para Pérdidas y Daños, aunque los fondos aportados siguen muy por debajo de las necesidades de los países y comunidades con mayor vulnerabilidad.

Y es que, efectivamente, tanto en los ámbitos científicos como en diversos sectores del activismo climático, se ha concluido que la COP 28 ha dado “un paso sin precedentes” para alcanzar una transición justa y equitativa hacia el abandono de los combustibles fósiles.

Entre las voces favorables se encuentra la de Yamide Dagnet, Directora de Justicia Climática de Open Society Foundations, quien dijo: “…Esto no es un final; más bien, es solo el comienzo de un viaje de implementación que sabemos que es duro pero que puede ser tan positivamente transformador, y justo si conseguimos movilizar, de manera equitativa, a todos los implicados…”. Así mismo, Dagnet añadió como nota discordante que los fondos no alcanzaron los billones (millones de millones) lo cual es indispensable para apoyar a los países del Sur en desarrollo, para lograr su transición hacia energías limpias y sus acciones de adaptación.

Ahora bien, después de leer todo esto, nos preguntamos ¿Cómo está nuestro planeta? Pues, precisamente durante la jornada de inauguración de dicha COP 28, se informó que el año 2023 será el año más caluroso en toda la historia desde que se llevan registros mundiales de temperatura. La referida declaración fue realizada por el Jefe de la organización meteorológica mundial Petteri Taalas, y adicionalmente debemos destacar el hecho de que el 17 de noviembre por primera vez la temperatura global de la tierra superó temporalmente los 2° Grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, lo cual es un indicador bastante alarmante.

El Ártico es una de las áreas más sensibles en materia climática, su deshielo acelerado, evidencia los efectos cada vez más fuertes del calentamiento global. Sin embargo, no faltan los intereses económicos que en su afán de ganancias, ven en esta realidad un objeto de lucro. Un ejemplo de lo anterior es el cada vez más transitado “paso del noroeste”, una ruta marítima donde este siglo se incrementó el tráfico de embarcaciones y la contaminación, así como otros riesgos ambientales. Dicho trayecto bordea América del Norte, en su parte más septentrional, a través de estrechos en el Archipiélago Ártico Canadiense y las grandes islas árticas, en dirección oeste-este, lo que permite conectar los océanos Pacífico y Atlántico.

Para entender la importancia estratégica de esta ruta, actualmente un viaje Londres-Osaka significa 23.300 km de recorrido a través del Canal de Panamá y 21.200 km por el de Suez, en cambio por el Paso del Noroeste solamente las embarcaciones recorrerían 15.700 km. Exactamente: Más mercancías en menos tiempo, con el consecuente aumento en los dividendos.

¿Cuál es la situación actual de este paso marítimo? Entre 1959 y 1999, es decir 40 años, los barcos pudieron pasar por allí sólo una vez. Esto es debido a que el mar en esas áreas permaneció congelado todas estas décadas, salvo en un verano. En comparación, durante los 23 años transcurridos del siglo XXI, el paso ha estado abierto en por lo menos 5 oportunidades. Se proyecta que a medida que aumenta la temperatura, su apertura será más frecuente.

Al ver estas reuniones climáticas, por una parte, y luego por otra cómo los grandes intereses del capital apuestan a seguir contaminando y aumentar sus lucros, nos queda tomar con pinzas, y mucho recelo las declaraciones optimistas en torno al futuro de nuestro planeta.

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