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Papa en el balcón

por Lheorana Carolina
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Lheorana González | La dulce y perra gana

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Estas pequeñas papas las extraje esta mañana de la tierra de un matero que tengo en una de las ventanas de mi apartamento ubicado en un cuarto piso en Caracas. La mata brotó inesperadamente de una semilla que sobrevivió producto de un experimento que hice a finales del año pasado (2024). Se trató de varias semillas de papa germinadas bajo control en mi cocina y que luego sembré en diferentes materos ubicados en sitos distintos. Pero ninguna pegó, excepto esta que me sorprendió cuando asomó su verdor como siete meses después de aquel experimento que creí fallido.

La matica de papa nació y creció sin mucho esfuerzo y con pocos cuidados. Fue mi compañera durante tres meses, aquí mismo en mi espacio creativo. Yo lo único que hice fue colocarla en la ventana donde recibía los primeros rayos del sol, le echaba cuentos, agua y por supuesto le cantaba.

Hace un par de semanas comenzó a brotar de la misma tierra del matero otro tallito, a una velocidad impresionante. De una vez noté que no era un retoño de la papa porque sus hojas eran distintas. Pensé en arrancarla, pero finalmente la dejé crecer tranquila. Los expertos conuqueros recomiendan que alrededor de una mata (mucho más en un matero) se debe evitar dejar crecer otra, porque comienzan a competir por los nutrientes, el espacio y su supervivencia.

Y así ocurrió. Resulta que en menos de dos semanas, la mata de papa que se veía muy vigorosa, se fue marchitando rápidamente un poco antes de culminar su ciclo de vida, que es de cuatro meses mas o menos, regularmente pasado este tiempo se recoge la cosecha. Hoy con cierta tristeza arranqué el tallo de la mata de papa seca, hurgué con mis manos la tierra del matero y descubrí con ternura que me dejó estas cuatro pequeñas papas, como una especie de ofrenda por el cariño que le tuve.

La nueva habitante resultó ser una Pira. En cuestión de días se apoderó de la tierra de mi pequeño matero blanco, rápidamente creció y echó dos fuertes tallos con sus respectivas espigas. Ahora danza esbelta en mi ventana, como diciéndome con su hermosura que ella nace donde le da la gana, que no necesita que la siembren, que no necesita que la controlen, porque tiene cientos de años reproduciéndose libremente en este territorio Caribe, y que además, cualquier tierra de Caracas a ella le pertenece.

Pira, Bledo o Amaranto

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Campesina y contralto

3 comentarios

carimar garcía 10 noviembre 2025 - 10:59

La papa, la pira y nosotras (las mujeres), recuperando territorios. Ellas con mucha generosidad, nosotras con constancia.

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Mary Carolina 9 noviembre 2025 - 07:25

Que bello escrito, me encantó tu relato!!! ❤️

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Graciela Portes 8 noviembre 2025 - 21:06

🥰 hermoso recorrido

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