Este joven físico con conocimientos de astronomía y con las miras puestas en la investigación en nanopartículas, está anclado por la historia y los afectos a su terruño natal, el más alto de Venezuela
Llano del Hato
Mientras las hegemonías se desvelan por buscar en el espacio sideral formas de vida “inteligente” (de esas que defecan en el agua que deben tomarse y crean naves monstruosas para la guerra) el astrofísico de Mérida se ocupa de las comunidades con tanta pasión como de la exploración del firmamento