El portal Climática ha hecho un análisis de una pieza publicitaria (TV estadounidense), que de entrada parece solamente eso: la promoción de las bondades de un carrito de la Hyundai que cuesta sus buenos 34.000 euros. A medida que avanza el comercial se va revelando el espanto de lo que es en realidad: propaganda pura y dura que presenta a un millonario (el tipo que compró ese carro) como a un paladín de la ecología y la pulcritud, y al pobre empleado de una gasolinera como a un energúmeno que contamina la atmósfera y de paso (prepárense, porque esto es fuerte): pretende cobrar por trabajar. Santísimo sacramento, pero qué se habrá creído ese tipo.
Verán: el carrazo de 34.000 euros cuesta toda esa plata porque es un híbrido, que usa gasolina y energía eléctrica. Y bueno, si a usted le sobran 34.000 euros usted puede darse el lujo de merecer el título de ecologista, héroe ambientalista y protector del planeta.
Pero si usted en cambio es un lambusio que tiene que trabajar en una gasolinera para poder llevar el piche plato de espaguetis para su casa, entonces usted es culpable de las emisiones de CO2 en la atmósfera y por su maldita culpa nos vamos a envenenar todos en la Tierra. ¿No le da pena?
El periódico español cuenta y analiza esa pieza con mayores datos y detalles aquí. Recomendamos leerlo con atención.
