Adriana Fandiño Spitia
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Para las y los defensores de las tecnologías libres, tanto del software como del hardware, la importancia de crear, promover y utilizar soluciones tecnológicas propias y autóctonas es un tema de seguridad personal y soberanía nacional.
Es por ello que promovemos las tecnologías libres en todos los ámbitos. Sin embargo, más allá de sus cuatro libertades, los nuevos tiempos nos impulsan a dejar atrás el dogmatismo y el romanticismo para pensar en cómo transcender a nivel tecnológico como país, particularmente con tecnologías disruptivas como la Inteligencia Artificial (IA).
Potencial Transformador de la IA
Sin lugar a dudas la IA ha cambiado el quehacer de la humanidad. Desde la economía, la salud, la educación, el turismo; hasta las artes, la agricultura y particularmente las comunicaciones, son controladas y repotenciadas desde las grandes transnacionales de las tecnologías a través del entrenamiento y el uso de inmensos centros de datos en IA.
Más allá de cualquier análisis ético relacionado con el factor energético y la toma de decisiones por medio de esta tecnología, como venezolanos debemos encontrar la manera de reducir el rezago en temas de software y hardware que tenemos en relación con las grandes potencias. No por un asunto de competitividad sino porque esto nos coloca en desventaja en materia de soberanía científico tecnológica. Ahora bien, ¿cómo hacemos eso?
Cada uno de nosotros está alimentando y haciendo crecer redes neuronales tecnológicas que no nos pertenecen, por lo que prácticamente como país nos estamos desnudando en todo lo que somos
Alianzas Estratégicas para Liberar la IA
El Departamento de Estado Norteamericano ha acaparado el uso de la IA de punta, bloqueando y sancionando a los países que no son sus socios para la adquisición y compra de las tarjetas y equipos necesarios para armar los centros de datos, que son indispensables para ser entrenados y utilizados localmente en cada país. Iniciativas como las de la República Popular China son la contraparte fundamental que enfrenta ese monopolio estadounidense.
De esta manera, a pesar de que seguimos teniendo el objetivo histórico de desarrollar nuestra propias soluciones tecnológicas libres, en este momento se hace imprescindible encontrar el medio a través de nuestros aliados (China, Rusia, Irán, entre otros) para burlar el bloqueo y las sanciones imperiales que buscan impedir nuestro avance tecnológico como nación libre y soberana.
Es necesario que entendamos la relevancia de esta discusión. Las y los venezolanos utilizamos hoy día IA extranjera en prácticamente todo lo que hacemos. Ya sea un desarrollador que está creando un código, un estudiante que está haciendo un trabajo o un profesional de cualquier área que está realizando una investigación, diariamente consultamos diversos motores en IA cuyos centros de datos están en otros países. Es decir, cada uno de nosotros está alimentando y haciendo crecer esas redes neuronales tecnológicas que no nos pertenecen, por lo que prácticamente como país nos estamos desnudando en todo lo que somos, lo que hacemos y en lo que creemos.
Pensemos ahora no de manera individual sino colectiva. Para no estar en desventaja con otros países, el Estado venezolano necesita utilizar la IA con todo su potencial para la toma de decisiones políticas, económicas y hasta militares. Si esas interacciones no las ejecuta en centros de datos propios, entonces estamos divulgando información estratégica y de seguridad nacional que puede ser utilizada en nuestra contra en un futuro cercano.
Libertad de uso, libertad de estudio, libertad de mejora y libertad de distribución: tales son las cuatro libertades de las tecnologías libres. Todas siguen vigentes y todas continúan siendo necesarias. Cada usuario de las tecnologías debe entender y promover su importancia. No obstante, el momento histórico que vivimos en función del cambio cultural que representa la penetración de la IA en nuestra sociedad nos debe impulsar a pensar con mayor empeño en la seguridad y soberanía científico-tecnológica de Venezuela.
Necesitamos montar nuestros propios centros de datos, instalados en suelo patrio, equipados con tarjetas y equipos adquiridos de la forma que sea necesaria, apoyados en nuestros aliados, que estén alimentados por nuestro sistema eléctrico nacional, conectados a nuestras redes de Internet, entrenados con nuestro propios datos y produciendo la información que necesitamos para la toma de decisiones en los temas álgidos para nuestro país. Solo así tendremos una IA libre y venezolana. Es hora de hacer al menos lo elemental.