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“La salvación de Venezuela es el conocimiento”

por Roberto Malaver
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Miguel Alfonzo, científico y docente, es director de una revista escrita mayoritariamente por gente de ciencia. El Vitral de la Ciencia es un ejercicio necesario y oportuno

Roberto Malaver / Fotos Nathan Ramírez

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La alegría va tomando espacios en la Universidad Central de Venezuela. Los estacionamientos se llenan nuevamente de vehículos y las caras sonrientes se ven por todas partes. Ha recuperado sus espacios y sus colores. La UCV tiene una cara enorme, grande, de felicidad.

En una oficina de la facultad de Farmacia está el profesor Miguel Alfonzo. Biólogo. Profesor titular en la Facultad de Medicina. En París recibió un doctorado en Inmunología. Fue también uno de los candidatos a Rector en las elecciones de la UCV. Y está al frente de la revista “El Vitral de la ciencia”.

“El Vitral tiene la particularidad de reflejar los colores de la naturaleza”, dice el profesor. Y al parecer también se propone reflejar el universo multicolor de la ciencia y sus alrededores. Se trata de una publicación cuya lectura resulta informativa y agradable, incluso cuando la densidad de algunos artículos y temas inspira el debido respeto. La sociedad o los tiempos de la sociedad no permiten o hacen difícil el sano ejercicio de dedicarle largas horas a la densidad. El Vitral juega entonces en esa frontera, y así lo anuncia en su página de presentación, el Quiénes somos:

Somos un grupo de investigadores venezolanos y venezolanas que hemos estado desarrollando nuestras actividades en la cencia y en docencia, en diversas áreas del conocimiento en diferentes instituciones científicas públicas del país, cuya experiencia adquirida por años, nos ha motivado a ejercer un papel de comunicadores de la ciencia, tecnología e innovación para la población venezolana, a través del portal «El Vitral de la Ciencia».

¿Cómo nació la revista El Vitral de la Ciencia?

–Veníamos de una experiencia en el Instituto Nacional de Higiene, que tiene la revista científica más antigua de Venezuela. Tiene 55 años. Y se llama así, “La revista del Instituto Nacional de Higiene”, muy específica. Al equipo se nos ocurrió hacer una revista de divulgación que llamamos “Los Ojos de la Ciencia”. Llegó la pandemia, y en el equipo que había trabajado en esa revista quedamos en sacar una nueva revista. Y así sacamos El vitral de la Ciencia. Tenemos ya cuatro años, con un equipo donde también participan investigadores de la Facultad de Ciencias de la UCV. Es una publicación mensual. Ahora acaba de salir el número 37, dedicado a los 66 años de la Facultad de Ciencias de la UCV.

¿Cómo abordan o enfrentan los diferentes puntos de vista que hay en la ciencia?

–Todo lo que es producto de la tecnología, de la ciencia, dependiendo de la luz que refleje, hay unos que son positivos, otros que son controversiales. Por ejemplo la vacuna Astra Zeneca. Eso viene de la ciencia.

El presidente Maduro no aceptó esa vacuna porque dijo que los científicos del país le habían informado que no era la más adecuada.

–Sí, nosotros publicamos un artículo acerca de eso. Había muchas dudas acerca de la tecnología que se estaba usando, y era un riesgo usarla sin saber cuáles eran las consecuencias, los efectos secundarios. En cambio los rusos y los chinos usaron la tecnología clásica de una vacuna, y hasta el día de hoy no ha habido problemas por el uso de esas vacunas.

El presidente de la Federación Venezolana de Médicos, Douglas León Natera, llamó a no ponerse las vacunas rusas y chinas.

–Nosotros vimos esa declaración y lo resaltamos en un artículo, pero eso se debió a motivos ideológicos, políticos. No tenía elementos científicos. Y eso es lo grave. Y sigue siendo grave, cómo el sector científico del país ha mezclado la política con la ciencia.

¿La ciencia está dando mucho que decir?

–A nivel mundial sí. En el ámbito latinoamericano hay mucho tema de reflexión. Muchos resultados. Mucho avance. Muchas dudas. En Venezuela hay mucha gente que está dando reflexiones muy importantes, y el Ministerio de Ciencia y Tecnología ha descubierto a esa gente. Te puedo nombrar el caso de la unión de los campesinos con científicos en Mérida transfomando la semilla, trabajándola, y tenemos papa criolla, antes teníamos que traer semilla de Canadá. En el mundo el monopolio de la semilla lo tiene la industria israelí y Monsanto.

¿Y todos esos temas los publica El Vitral?

–Claro. Buscamos especialistas y gente que está metida en el tema, que no son científicos, y escriben y dan su punto de vista. Hubo gente que escribió acerca de la semilla desde una perspectiva popular y ahí descubrimos cosas que no sabíamos.

Como la revista es de ciencia, supongo que muchas personas que no son científicas tendrán miedo de participar.

–Hay gente a la que le pedimos un artículo y no tiene por qué ser científico. Su nota tiene que estar basada en referencias. Tenemos claros que eso limita, pero no estamos cerrados a que solo escriba gente que provenga del ámbito científico. Por ejemplo, un muchacho en un pueblo de Mérida, escribió acerca de todo lo que hizo para resolver el problema del agua, y ya el pueblo tiene agua. Eso lo publicamos en la revista.

¿Cómo es el uso del lenguaje en la revista?

–Ese es el temazo: la divulgación. A los científicos no nos enseñan a hablar un lenguaje que sea claro para todos. Y es un problema. Porque a veces cuando los científicos explican parece que saben mucho, pero la gente no entiende lo que dicen. Y eso es un problema de la comunicación. Hay que cambiar la comunicación para que sea entendido el mensaje. Ha costado que algunos articulistas tengan esa capacidad de trasmitir el mensaje.

Lo que pasa es que el uso del lenguaje también te sube de estatus: si usas un lenguaje popular tienes miedo de devaluarte. Si uno dice cosas como “el paradigma sintagmático de la yuxtaposición derivativa”, eso encandila, pero no dice nada.

–Hace poco hubo un foro para hablar del nuevo modelo que se está proponiendo en la UCV, y hubo una persona que habló y habló y no dijo nada. Nosotros les explicamos a nuestros articulistas que tienen que hacer todo lo posible para que su nota sea entendida por todos. Hemos tenido que rechazar artículos porque son exclusivos para científicos. Y no es bajar, es cambiar.

¿Es muy leído el portal de la revista?

– En el portal ya tenemos más de veinte mil visitas.

¿Qué sentido tiene una revista científica? ¿Por qué dedicarse a ese asunto?

–Porque creemos que la salvación de Venezuela es el conocimiento. No sé si suena muy dramático. No a través de la religión ni de la política, sino de aplicar el conocimiento. Una de las formas de que la gente esté informada, educada, es a través de la ciencia. Tiene que ser el conocimiento. Aplicar el conocimiento, su técnica, su experiencia. No hay otro elemento: el conocimiento.

Hace pocos días se descubrió que unas revistas científicas muy prestigiosas habían publicado artículos con información falsa o manipulada.

–Si, ha pasado en muchas revistas. Miles de artículos falsos.

Una profesora se acerca y nos invita a tomar café. La amistad. La solidaridad. La alegría de la que hablé antes, está presente aquí, no se ha ido. No se fue. No se la llevaron.

Hay científicos que publican artículos en revistas científicas y eso le da estatus y dinero.

–Si tú publicas en una revista científica ya tienes puertas abiertas para meter proyectos y te reconocen, te becan, o becan a los estudiantes tuyos.

Si el conocimiento es el que nos puede salvar, ¿se está haciendo el trabajo para lograrlo?

–Se está haciendo. El problema es que todavía nos faltan muchos espejos para proyectar eso que se está haciendo en los laboratorios, en ciencias sociales. Somos nosotros. Cada vez que yo estoy en una reunión de científicos comienzan a protestar: “Es que la gente no cree en ciencia sino en José Gregorio Hernández”. Y yo les digo que los culpables somos nosotros. No proyectamos lo que hacemos. No metemos proyectos. Entonces ¿cómo se proyecta la ciencia? Cae mal, pero lo digo: somos nosotros, tenemos que proyectar lo que estamos haciendo. Esa fue una de las cosas que logró la ministra Gabriela Jiménez, ella es bióloga y entendió eso rápido. Ella viene de una trayectoria de trabajo científico y está proyectando ese trabajo. Lo de la papa se supo porque ella lo dijo, explicó lo estaban haciendo. Nuestros articulistas divulgan lo que están haciendo y comunicamos lo que se ha hecho y damos a conocer gente que ha sido importante para la ciencia. Ese es el reto, divulgar lo que hacemos.

¿Qué le quedó de experiencia como candidato a rector de la UCV?

–La universidad es mucho más compleja de lo que uno piensa. Hay muchos intereses. La mayoría de la gente quiere su universidad. Quiere cambios. Lamentablemente las elecciones se hicieron después de un período muy largo de la gestión de la rectora anterior. Y había un abandono no solo de la parte física de la universidad, la parte académica, la investigación se paralizó. No fue por la pandemia. Yo estoy dando clases ahorita en Farmacia a estudiantes que vienen desde el 2018. Todo se afectó con el argumento de que el salario, los sueldos. En el foro del que te hablé también se habló de los sueldos, y yo dije que estamos bloqueados y tenemos que vivir esa realidad. Tenemos que dejar la quejadera. Porque cuando teníamos plata también había quejadera, ahora que no tenemos plata es peor. Aquí el estudiante necesita el ejemplo nuestro. No podemos seguir divulgando que este país no sirve, entonces los chamos se nos van y nos estamos metiendo un cuchillo en el cuello. Ellos son la generación de relevo. Nosotros de aquí a veinte años no estamos, ellos son los que van a ser los futuros maestros, científicos, dirigentes. No podemos seguir dándole ese mensaje de desolación. ¿Qué aprendí de la campaña? Que la universidad tiene potencial para darle una respuesta al país y se pierde mucho el tiempo. Y los intereses partidistas han dañado mucho a la universidad.

¿Volvería a ser candidato?

–Sí. No tengo problema.

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El equipo responsable o Comité Editorial de El Vitral de la Ciencia está conformado por Miguel Alfonzo, Carlos Aponte, Adriana Martínez, Alicia Cáceres, Estalina Báez, Éder Peña, Guillermo Barreto, Luis Feo, Luisa Rodríguez, Miguel D. Alfonzo, Miriam Carmona, Noel Briceño.

En este enlace se puede acceder a todos los números publicados de la revista.

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1 comentario

Luis Flores 8 junio 2024 - 10:18

Excelente

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