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¿Por qué en Gavidia?, ¿por qué en cuarto menguante?

por Alejandro Silva
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En marzo de este año el cuarto menguante está ocurriendo justo en esta fecha, viernes 17. La luna comenzó a menguar el día 10, pero para efectos de la coreografía de la agricultura y otras actividades humanas, y en general de la naturaleza y sus fluidos, hoy el efecto de esa danza resulta crucial: el satélite ha recorrido un cuarto de su movimiento alrededor de la Tierra, y los pueblos ancestrales de todo el mundo saben, porque lo descubrieron hace milenios, que toda agua, savia, sangre y elemento líquido permanece abajo. Esta es la razón por la que el corte de casi todas las maderas, la siembra y cosecha de raíces y tubérculos, la poda de árboles y plantas que dan frutos comestibles, se realizan en este preciso momento, cada mes.

Hoy todos los fluidos y nutrientes de las papas, por ejemplo, están precisamente ahí en las raíces, que son sus frutos aprovechables por los seres humanos, así que es el mejor momento para cosecharlas. En este momento de la explicación comienza a disiparse la especie de mantra que el proceso civilizatorio hegemónico ha querido imponer: esas observaciones que asocian a la luna con asuntos esotéricos o misteriosos, con vainas de brujería (tal vez porque la luna es el más femenino de los astros, incluso contra los significados de Venus) han querido ocultar un saber que la ciencia ha validado, porque su base real, física y comprobable es sólida y concreta.

En coincidencia, comunión (juntura de comunes) y celebración de este ritual que no inventó ni patentó ni descubrió ningún señor académico, sino los pueblos en su lento, telúrico y largo aprendizaje, hoy en Gavidia se celebra un festival anual que tiene que ver con la papa, la cultura, la ciencia, el campesinado y la luna: la Papa Nativa está de fiesta ahí porque en Gavidia tiene lugar una gesta de múltiples dimensiones. En los alrededores y en las profundidades Gavidia se rescataron variedades de papa que se habían perdido de la memoria; en Gavidia se juntaron el saber académico con el saber campesino para rescatar esa papa y mejorarla genéticamente; en Gavidia nacieron Proinpa (Productores Integrales del Páramo) y la Alianza Científico-Campesina.

Cuando hace unas pocas semanas vino la UNESCO a disertar sobre Ciencia Abierta, se les informó que en Venezuela, y específicamente en esa experiencia merideña, ya había un camino recorrido en esa dirección. Cuando las Naciones Unidas venían, ya los campesinos y científicos de Venezuela habían ido y venido varias veces.

Así que en Gavidia se han juntado la ciencia y el saber campesino en una clave a la que debemos acostumbrarnos: saber campesino y ciencia no son cosas diferentes y mucho menos opuestas, entre otras cosas porque aquél es uno de los orígenes de ésta. Sobre esos temas se diserta y se debate a esta hora en la esquina del Chorro (centro de Caracas) con Gabriela Jiménez como relatora esclarecida, testigo y participante de esa experiencia paramera.

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