Un censo de árboles en San Bernardino (Caracas) ha sido el punto de partida de unas cuantas propuestas para relacionarnos en la ciudad con esos gigantes del mundo vegetal
Soriana Durán / Fotos Yrleana Gómez
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Mailén Riveros, bióloga y vocera del Consejo Comunal Los Próceres de San Bernardino, lidera una iniciativa que promueve el cuidado y el mantenimiento ecológico de los numerosos árboles que coexisten con los miembros de esa comunidad. Junto a Luís Felipe Gottopo (antropólogo), José Ramírez (ecologista) y Ernesto Muñoz (agrourbano), la investigadora y ambientalista diseñó un catálogo en el que registró la población arbórea que conforma la poligonal. “San Bernardino es una zona muy arbolada, muy bonita, siempre había estado pendiente de que ya se había hecho un censo (de árboles). Hace mucho tiempo se hizo, están todavía algunos árboles identificados en el suelo desde ese censo. Entonces empezamos a buscarlo y quién lo había hecho, pero al final nunca lo tuvimos materialmente. Me cansé de esperar y decidimos hacerlo de nuevo”.
Este catálogo, producto del meticuloso censo realizado por Mailén como actualización del anterior, no se limita a ofrecer un inventario numérico de árboles y sus especies; va más allá al presentar información relevante sobre el mantenimiento de cada uno, sus características físicas que sirven como guía de identificación, los posibles usos medicinales de hojas, semillas, flores y/o frutos, así como reseñas históricas que trazan el origen geográfico de las especies allí clasificadas.

Mailén, quien lleva diecisiete años residiendo en San Bernardino, siente que saldar su deuda personal con la comunidad es un deber. Aunque no es botánica, su carrera como bióloga egresada de la UCV y sus estudios de posgrado en ecología en España, así como en Ecología del Desarrollo Humano en la UNESR, la han vinculado profundamente con el ambientalismo. Ha trabajado en ecología de bosques y en el estudio del comportamiento de primates y roedores. En sus inicios colaboró en un censo de árboles en los alrededores de la represa del Guri, una experiencia que marcó los cimientos de su aprendizaje práctico en el campo.
Nació en Viña del Mar, Chile, en los años setenta; “Mis padres tuvieron que emigrar como exiliados políticos. Mi mamá es de Valparaíso y mi papá de Quilpué”. A sus 52 años de edad, considera que ha pasado más tiempo en Caracas.
“Estuve en el IVIC, en el Centro de Ecología, después me aburrí del mundo académico y empecé a trabajar en varias instituciones públicas, en el Ministerio de Agricultura, en el Consejo Federal de Gobierno, y luego concursé en el Ministerio de Planificación, que es donde estoy actualmente. Llevo ya bastantes años allí, en planificación territorial”.

A raíz de unas raíces
La idea de hacer un catálogo de árboles se concretó a raíz de un inconveniente particular; los árboles más grandes y viejos, en su búsqueda natural de agua y oxígeno, levantaron varias aceras con sus raíces. Este daño estructural representa una contrariedad para los habitantes de la comunidad: “los viejitos no pueden caminar, la gente discapacitada tampoco, hasta yo me he caído. Es un tema, y decidimos que ese era un proyecto prioritario. La alcaldía toma esa iniciativa como único proyecto de planificación y nos exige un censo rápido, de árboles, para conocer dónde se requería hacer la poda, el mantenimiento, entonces allí comenzó un poco todo lo que sucedió luego con el catálogo”.
El equipo comenzó con la identificación y cuantificación de los árboles que hay en la poligonal, que tiene diez hectáreas, clasificando así los árboles grandes (con un diámetro mayor a los treinta centímetros) y a los más jóvenes. Se contabilizaron 412 árboles en total, de los cuales 200 son adultos. Fueron identificadas treinta especies y se registró cada árbol con fotografías: “Cuando tuvimos eso, dijimos que había que mencionar la historia de San Bernardino. No podía ser solo un listado de especies y unas fotos, sino que necesitábamos la historia de San Bernardino como urbanismo de la época moderna de Venezuela”, explica Mailén.

Tanto para Mailén como para Dory Calle, la fundadora del consejo comunal de San Bernardino, los árboles no son el problema; es el mantenimiento deficiente o nulo de los árboles. Si la poda es inadecuada o irregular, si no cumple con los criterios apropiados según la especie de árbol, el crecimiento del mismo no se adaptará al entorno artificial en el que está forzado a habitar. Las ramas se extenderán por encima de tejados, a través de ventanas o en medio de luminarias. En épocas de sequía y cuando no hay riego controlado, las raíces subirán a la superficie y romperán el concreto. En otros casos posibles, en vez de ir hacia arriba, irán hacia abajo, tanteando tuberías de agua. Para algunos comercios, que las ramas de un bucare obstruyan la visión de su fachada significa una ofensa que quieren hacer pagar con el exterminio.
Mailén afirma que existe polarización: “El consejo comunal también se ha activado con las denuncias de las talas irregulares. Hay gente que no quiere los árboles en frente de sus negocios, y hay gente que ama los árboles y no quiere que los toquen”.

Podar y podar
Hay casos en los que las medidas más drásticas deben ser tomadas: “Por ejemplo, en mi calle hay ramas que se meten por las ventanas y entran roedores. Entonces, ¿cómo vas a decir que no corten la rama? Porque es una situación. También por un tema de seguridad hay gente que ha mandado a cortar los árboles porque trepan las personas y entran a las casas. Son particularidades que tenemos que empezar a resolver con una poda más frecuente y más consciente”.
“No puedes eliminar el árbol para no podar dentro de cinco años, no puedes hacer eso. Ese tipo de cosas debemos ir trabajándolas ahora con más detalle. Hay un manual muy bueno, que se llama Manual de Poda Ecológica, del Ministerio de Ecosocialismo, que salió el año pasado (2023). Yo creo que debería ser nuestra guía, lo cito en el catálogo”, dice Mailén.

A raíz del catálogo se ha desarrollado una serie de encuentros que Riveros llama “ecoencuentros”, en los que se hacen jornadas informativas sobre el cuidado de los árboles y la preservación de la vida silvestre. Tienen como misión “generar conciencia de una poda ecológica, una poda coherente, porque es necesaria. Hay que hacer un acercamiento y ver cómo están esos árboles, qué edad tienen, y para eso se requiere que la comunidad entienda qué está pasando con sus vecinos los árboles”.
Este propósito se ha transversalizado en múltiples direcciones de desarrollo urbano sostenible y ecológico. Mediante la organización del consejo comunal y la ejecución de planes comunitarios, como el del arreglo de las aceras, Mailén y Dory esperan llevar a cabo otro tipo de proyectos con el fin de promover soluciones amigables con el medioambiente, como la creación de un huerto comunitario en uno de los liceos de la parroquia, o la formación de guías locales que puedan ofrecer recorridos didácticos en jardines o viveros de la zona. Sensibilizar, concientizar y empoderar con conocimiento.

También hace énfasis en la necesidad de formar a los organismos públicos que se encargan de la poda con estrategias ecológicas: “Hay criterios. Con el tema de la poda estoy aprendiendo, sé que hay varios tipos de poda que se hacen dependiendo de la situación. Si es un árbol que está pegado de un edificio, si es un árbol que está encima de una calle, si es un árbol que crece, en fin. ¿Qué pasa con la poda convencional? Que podan y no ayudan a cicatrizar el árbol. Hay unas soluciones que se preparan con azufre, que se debería colocar en cada uno de los cortes para que cicatricen bien. Debería hacerse y no es difícil, se puede hacer con productos naturales”.
Si bien el catálogo se limita a una poligonal de San Bernardino, el impacto que el proyecto ha logrado en otras comunidades de Caracas le ha concedido a Mailén pequeñas satisfacciones: “Hay una comunidad en La Florida, por ejemplo, que quiere hacer lo mismo. Con el consejo comunal quieren hacer un censo de árboles”. Mailén está dispuesta a colaborar en los censos arbóreos de las comunidades que quieran replicar la labor.

Para la bióloga, lo primordial es vivir la experiencia sin intermediarios: ir al lugar, medir el árbol, tomarle fotos, verlo en persona. No basta con contemplar imágenes desde la virtualidad o la distancia.
“Cuando hay un calentamiento global, cuando los árboles son vida, ¿cómo es posible que estemos talando árboles? Cuando debemos protegerlos. Como dice Mailén, nuestros vecinos los árboles, los que nos dan vida, los que nos dan sombra, aire”, expresa Dory Calle, quien nació en Colombia pero vive en Venezuela desde hace 45 años. Se graduó en Turismo y Guía de Sala aquí en el país y trabajó durante años en las principales atracciones históricas y museos bolivarianos de Caracas. Hoy trabaja con Mailén para apoyar a la comunidad de San Bernardino a través del consejo comunal.
“San Bernardino es privilegiada porque estamos cerca del Waraira Repano. Estamos muy cercanos ahí, de hecho tenemos una población de guacamayas hermosísimas, de loros, ardillas, guacharacas. Las tierras de San Bernardino, como en toda Venezuela, son espectaculares para la siembra: cambur, ají dulce, pimentón, aguacate, lechosa, mamón, jengíbre…”.

Tecnología para la ecología
Entre los próximos objetivos contemplan la posibilidad de crear una aplicación que permita localizar árboles mediante tecnología GPS, tomando en cuenta que en la actualidad no existe ninguna que funcione de la manera en la que Mailén propone: “Estamos buscando a alguien que nos ayude a georeferenciar los árboles de nuestra poligonal. Es decir, tener un mapa, donde esté cada árbol y cuando tú debas señalarle a alguien que vaya a hacer una poda o un tratamiento, lo tenga geoubicado. Entonces, hay unas herramientas, el Open Street Map, que parece que es una referencia, también lo puedes hacer con tu propio GPS, pero la idea es que podamos hacer eso de manera automática. Que cuando tú vayas a hacer el censo puedas pararte debajo del árbol y que esa coordenada vaya a una plataforma que registre de una vez, ‘esto es una caoba que mide treinta metros y tal’. Queremos algo así para hacer más fácil el trabajo. Estamos consultando con unos amigos geógrafos para que nos asesoren en esa parte”.

“No hay, actualmente, GPS de árboles”, insiste Mailén. “Hay herramientas que te permiten referenciar un objeto, pero no necesariamente un árbol. Y con los árboles pasa que, si están muy cerca unos de otros, las copas se entrelazan y allí hay que hacer un ajuste, porque siempre puede haber un error. Andrés, que es del consejo de La Florida, me dijo: ‘imagínate que pudiésemos contabilizar todos los árboles de Caracas’, eso no se ha hecho. Si tuviésemos toda la contabilidad y un mapa, eso sería maravilloso. Incluso podríamos considerarnos una ciudad verde, o que está reteniendo carbono para combatir el cambio climático”.






5 comentarios
Excelente investigación e iniciativa, ojalá pudiéramos implementarla en todo el país que tanto lo necesita. En mi estado Barinas lo normal es podar todo 😭 la ciudad queda como un valle de árboles muertos, cambiando su belleza y frescura por desolación y destrucción.
Excelente aporte, esta información hay que viralizarla, es extraordinaria en defensa del árbol urbano, es clave para el equilibrio y la paz social y mental de todos los habitantes de Caracas, humanos y no humanos, recordemos que no estamos solos los humanos, convivimos con muchas otras especies tan o más importantes que nosotros los depredadores… A conocer y amar a nuestros árboles, todos los seres vivos lo agradecerán! Gracias, Soriana!!!!!
Felicitaciones una excelente iniciativa, y espero obtengan los resultados deseados. Pronto como debe ser.
La debilidad es un ente con herramientas adecuadas para dicho mantenimiento. Camión adecuado a las alturas o portar andamios adecuados. Existió una dirección de Parques y jardines en GDC, que regularmente se ocupaba de estas podas de mantenimiento. Es muy lamentable perder vegetación por no atender este cuido, si la raíz levantó la acera y partió un tubo de agua, el árbol perderá en poco tiempo su sustento.
Este es un tema de.planificacion, asignación presupuestaria y no se puede delegar en personal no capacitado. La alcaldía de Caracas tiene que redoblar esfuerzo, tomar conciencia de número de arboles que se deben atender. No es adecuada la pica y poda de Corpoelec, no se equilibra bien, sin la poda de altura.
Es un ruego para la Alcaldesa Carmen Meléndez desde El Paraiso
Un excelente trabajo sobre un tema que genera muchas pasiones. En mi comunidad también hay numerosos árboles y si bien muchos amamos este ambiente, hay también quienes preferirían que todo fuese cemento. Me parece un trabajo excepcional este catálogo de árboles, una idea que debería extenderse a muchísimas zonas de la ciudad. Merecen un cuidado permanente, por los indudables beneficios que nos aportan.
Así es, Alicia. Que se reproduzca esta iniciativa lo máximo posible. Gracias por tu comentario, un abrazo.