Recolectar aguas residuales directo de las cloacas de una urbe suena a faena macabra y de alto riesgo. Alejandra Zamora coordinó un equipo que hizo exactamente eso, para seguirle el rastro al Covid-19 y en plena pandemia
Teresa Ovalles Márquez
Foto de portada: Yrleana Gómez
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Meterse a voluntad en una cloaca no debe ser tarea fácil, nadie se somete a ello por gusto. Sin embargo, la científica Alejandra Zamora Figueroa se animó a tanto que hizo equipo con un hábil conocedor de mapas hidrológicos de Hidrocapital (Jhon Muñoz) un grupo de investigadoras y el técnico en investigación Nelson Moncada, a buscar lo que sí se le había perdido: partículas virales del Covid-19 en aguas putrefactas de Caracas y Petare.
Su pasión por la biología la llevó a estudiar en la UCV. A los 16 años dejó su hogar en Pariaguán y se vino a Caracas. Nunca se había separado de sus padres ni de sus amigos. Fueron tiempos difíciles pero era tan grande su anhelo de ser bióloga, investigadora y docente, que enfrentó con perseverancia y optimismo las vicisitudes por las que solemos pasar las estudiantes provincianas.
Ahora, Alejandra Zamora (nacida en 1983) es esa científica e investigadora que emergió de la pandemia con un estudio que la convierte, junto a su equipo, en pionera en implementar la epidemiología de aguas residuales en nuestro asediado país, método o herramienta que se puede aplicar como sistema de alerta temprana a brotes de enfermedades.
Con determinación y vestidos como astronautas (overoles blancos, doble guantes, tapabocas, máscaras, gorros y botas de hule hasta debajo de las rodillas) el grupo de investigadoras, con Jhon Muñoz a la cabeza, recolectaron las muestras en los desagües de comunidades caraqueñas entre el 6 de septiembre y el 29 de noviembre de 2021. Cuando la gente los veía preguntaban: «¿van a vacunar?».
Zamora coordinó el equipo de expertas del Centro de Ecología Aplicada del Instituto de Zoología y Ecología Tropical (IZET) de la Universidad Central de Venezuela, conformado por Nora Malaver, María Rodríguez, Marjorie Bastardo y Alba Farías; mientras que por el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, Ivic (Laboratorio de Biología Molecular) estuvieron Flor Pujol, Héctor Rangel y Rosana Jaspe. En la segunda fase, Alejandra desarrolló con el profesor Ramón Montero y una tesista el estudio y análisis de la parte química de las aguas residuales.
Alejandra agradece la participación de la Cayapa Heroica porque de lo contario no habría podido arrancar el proyecto.
Antecedentes y contexto
“Nos planteamos que si en otros países estaban implementando epidemiología de aguas residuales para detectar partículas virales de Sars-Cov-2, nosotras aquí también lo podíamos hacer», explica Zamora. «Contacté a los investigadores Flor Pujol, Héctor Rangel y a la profesora María Eugenia Grillet, así como a la gente de la Academia de Medicina. Establecimos comunicación con investigadores de Chile y por video-llamadas intercambiamos información. Buscamos predecir escenarios de infección y determinar los niveles de circulación del Sars-CoV-2”. Le presentaron el proyecto a la Ministra de Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez Ramírez, y a ella le pareció “perfectamente pertinente”. «Arranquen» –dijo– y arrancaron con el apoyo de la Corporación para el Desarrollo Científico y Tecnológico, Codecyt.
Así es como después de bajar tanto, literalmente, a las cloacas de la ciudad de Caracas y Petare, Alejandra Zamora empieza a llegar a la cúspide de su carrera con el reconocimiento de esta investigación en varios países, y con el Segundo Premio de los Trabajos Científicos presentados en el XI Congreso Venezolano de Microbiología, en abril de 2024, que otorga la Sociedad Venezolana de Microbiología.
– ¿Cómo se trabajaron las muestras?
–John era el que se metía en la alcantarilla, nunca dejó que yo me metiera –afirma Alejandra.
Explicó que Nelson (su esposo) y Jhon abrían las pesadas tapas de las alcantarillas. “Teníamos un muestrador, que era como una extensión con un vaso. Jhon entraba y captaba el agua. Nelson o alguna de nosotras (las investigadoras) sostenía el envase que llenábamos con el agua, lo tapábamos y lo guardábamos. Por supuesto que es un trabajo feo, pero importante. Allí mismo medíamos los parámetros físico-químicos, anotábamos la hora, cómo estaba el caudal y el sitio. Eso era todas las semanas en diferentes alcantarillas”.
–¿Cuáles son los parámetros físico-químicos?
–El PH, la temperatura, la conductividad eléctrica, el oxígeno disuelto. Éstos nos dicen más o menos qué tan contaminada está el agua. Todas estaban muy contaminadas, era agua residual, de cloacas, llegamos a captar aguas que olían horrible y que se veían peor, con cosas. Pero bueno, lo que queríamos era detectar patrones de prevalencia, focos de contagio y también se encontró correlación entre los casos del Sars-Cov-2 reportados, con la concentración viral del patógeno. Las que tenían más concentración fueron las encontradas en Catia y Caricuao, donde había más reportes de personas enfermas.
Posteriormente inactivábamos el virus con calor, lo pasteurizábamos. La poníamos a hervir en baño de María a 70 grados por una hora. Después de eso, le agregamos los reactivos para hacer el proceso de concentración viral. Centrifugamos a baja temperatura y los virus decantan en el fondo de un tubo. Luego, ya concentrados, diluidos en 50 mililitros de agua, entraban a un mililitro. Ya con los tubitos hacíamos la extracción de ácidos nucleicos. Nos llevábamos la muestra al Ivic congelada y en el Laboratorio de Virología Molecular terminamos de hacer todo el proceso. PCR cuantitativa (informa sobre el número de agentes causantes que existen), para detectar la presencia del virus. Con apoyo de los investigadores de ese mismo laboratorio que están en la unidad de secuenciación conseguimos el genoma de lo que habíamos encontrando en las aguas residuales, para relacionar el resultado con los casos de personas enfermas. Porque una de las cosas que teníamos que hacer era validar la metodología.
Las localidades en las que cuantificaron y contrastaron los estudios con los casos positivos de Covid-19 fueron Los Chaguaramos, Santa Mónica, Caricuao, Coche, Catia, Propatria, San Bernardino y Petare. El lugar de referencia fue el Poliedro de Caracas, donde recibía y se aislaba a los pacientes con síntomas clínicos del contagio. Muy cerca de esta localidad también recogieron muestras.
Sobre el origen del virus, fuente de muchas especulaciones, opina que «fue una zoonosis. Las zoonosis son enfermedades que vienen de los animales, normalmente son virus, y que en algún momento, por contacto con el ser humano, muta y logra infectarlo. Los patógenos son exclusivos de ciertas especies. Así como pasó con el VIH, como pasó con la fiebre amarilla, son zoonosis, enfermedades que fueron primeramente de alguna especie silvestre y que mutó y luego ocurrió este salto. Las evidencias moleculares y filogenéticas del virus han demostrado que es así.
El estudio del Covid-19 está culminado y goza de prestigio en otros países que han trabajado en microbiología. El artículo descriptivo de la metodología y resultados puede consultarse y descargarse en este enlace. Fue premiado en el I Concurso de Artículos de Publicación Científica. El equipo responsable está conformado por Alejandra Zamora Figueroa, Alba Farias, Héctor Rangel Escalante, María Rodríguez, Marjorie Bastardo y Nelson Moncada. Contó con el patrocinio del Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (FONACIT).
Su equipo mantiene, como lo deseaba Alejandra, la línea de investigación epidemiológica de aguas residuales en colaboración con el Ivic, esta vez con el proyecto “Secuestro de Carbono y actividad microbiana en cultivos bajo manejo agroecológico y convencional”. Sobre este trabajo haremos otra reseña en una próxima entrega.
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Apéndice: fotos Yrleana Gómez
4 comentarios
👏👋Excelente, la gente en positivo y buena vibra, para cooperar con la humanidad en su bienestar, necesitamos muchos y muchas con ese espíritu de colaboración con la humanidad, gracias Teresa por resaltar estos excelentes proyectos
Gracias Rosa, siempre atentos a sus impresiones. En La Inventadera nos aplicamos para el diseño de un país laborioso y pujante a pesar de las adversidades y el bloqueo. Salud!
Buen día. Excelente trabajo. Sigue así Teresa Ovalles, felicitaciones por tu labor y la de la científica. Esperemos resultados de alto impacto, para la localidad,el país y el mundo. Abrazos.
Gracias Lisbeth. Siempre atentas. La gente que trabaja con amor siempre obtiene excelentes resultados, como usted sabe! Y este país está lleno de esa gente!
Salud!