Texto y fotos: Nathan Ramírez
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Según la definición clásica y estricta aceptada por la RAE, “fotografía” significa: “Procedimiento o técnica que permite obtener imágenes fijas de la realidad mediante la acción de la luz sobre una superficie sensible o sobre un sensor”.
Teniendo en cuenta que una superficie sensible a la luz corresponde a una superficie emulsionada fotoquímicamente (papel fotográfico en la mayoría de los casos) y un sensor es un dispositivo digital electrónico que traduce la luz en impulsos, esto nos da una especie de híbrido que ha perdido la magia del laboratorio químico fotográfico: la fotografía ya no es fotografía, o no es lo que era. Ditter González tiene una posición al respecto:
–Bueno, lo sabroso de la fotografía estaba en el laboratorio, antes tenías que esperar por lo menos un par de días para ver tus fotos. Ahora no, ahora las ves inmediatamente y hasta las puedes borrar. Esto ahora es fotografía digital y hasta la puedes hacer con tu celular.
Ciertamente, lo que hoy tenemos es imagen digital. Ya la imagen no la componen granos de la reducción química de las sales de plata, sino de píxeles binarios.
En cuanto a la micromecánica fotográfica me trae inevitablemente el recuerdo de la imagen del viejo relojero, ese personaje que con monóculos de gran aumento y herramientas como instrumentos quirúrgicos, y con mucha paciencia, reparaba complejos mecanismos.

Hasta los años noventa las tiendas fotográficas solían ofrecer el servicio de reparación de cámaras y lentes fotográficos, y en el centro de Caracas había muchos pequeños talleres que se disputaban la excelencia en reparación micromecánica. Uno de ellos quedaba entre las esquinas de Padre Sierra a Muñoz, en el edificio Disconti, atendido entonces por Ditter González, caballero nacido en 1976.
El taller se llamaba Micromecánica OSMAR y lo fundó su tío Óscar Terán. Funcionó desde mediados de los ’80 hasta que cerró en 2016.
El nuevo taller de Ditter se llama Tecnifoto y abrió en 2022; queda en la avenida Baralt. Tiene un ambiente que te hace contemplarlo con la hipnosis que produce una pecera. Es un reducido espacio de un par de metros cuadrados que te invita a contemplar el pasado fotográfico con curiosas cámaras, lentes y accesorios dignos de un viejo museo o una corototeca.

En ese estrecho espacio hay una mesa de trabajo repleta de implementos que recuerdan la bandeja de un dentista. Entre esos implementos puedes ver algunos objetos cotidianos como cepillo dental, paletas de helados, punzones y ganzúas que le dan esa exclusiva experiencia empírica de una tecnología de recursos.
Su público es muy variado, si esperas poco tiempo frente a su taller verás a los estudiantes adolescentes que se acercan a admirar las cámaras y en su chalequeo siempre se escucha «esas cámaras son burda de viejas pero hacen mejores fotos que un teléfono». También ves a una pareja adulta que trae una pequeña cámara digital, que dejó de funcionar en pleno bautizo y quieren repararla para no comprar otra. Pero lo que nunca falta son un par de fotógrafos experimentados (lo digo por sus canas), negociando la venta, compra o reparación de equipos fotográficos con el respectivo anecdotario retórico que resalta sus experiencias y/o gajes del oficio.
Ditter, siempre atento, con una sonrisa les garantiza la buena calidad de su servicio y sus productos, lo que termina con un afectuoso apretón de manos, para volver a su pequeña mesa de trabajo.
“Yo tengo aproximadamente 30 años reparando cámaras y lentes fotográficos, también flashes y equipos de iluminación. Empecé adolescente en el local de mi tío junto a su hijo, mi primo, primero como ayudantes, desarmando y armando los lentes y las cámaras después. Poco a poco con el tiempo nos dieron más responsabilidades y comenzamos a aprender a reparar”, comenta Ditter sobre los primeros momentos de su oficio.
–¿Tuviste algún tipo de formación académica o cursos dentro del oficio o aprendiste de manera empírica?
–Siempre fue en el taller de mi tío, ahí aprendí a armar y desarmar, a hacer soldaduras, sustituir piezas, cuadrar la óptica de los lentes. La formación fue siempre con mi tío y su socio, los técnicos pues, sin cursos, ni videos, ni nada.

–Por tu trayectoria y tu experiencia ¿aún te siguen buscancando para reparar cámaras antiguas?
–Sí vale, me siguen trayendo muchas camáras antiguas tipo reflex o gran formato 6×6, y lentes. Yo tengo un amigo que se dedica a comprar y vender cámaras antiguas y tengo mucho trabajo. Eso parece que está de moda otra vez.
Ciertamente, le llaman fotografía vintage y no sólo tiene que ver con el uso de cámaras “analógicas” sino que se está volviendo al uso de películas fotográficas y revelado en laboratorio. Es sumamente costoso el proceso químico de revelado y no lo hace mucha gente, esa nueva práctica fotográfica queda para un reducido grupo de personas con poder adquisitivo.
Tal vez sean intenciones evocativas de jóvenes que no conocieron el proceso químico fotográfico y de algunos experimentados fotógrafos que aún conservan ese romance.

–¿Le has sacado provecho a este nuevo impulso de la fotografía mecánica o analógica de laboratorio?
–Bueno no mucho, pero sí sale de vez en cuando.
–Entre las cámaras, los lentes y los equipos de iluminación ¿cuál de ellos es mas difícil de trabajar?
–Los lentes, esos son más complicados porque no se pueden rayar y hay que armarlos con mucha precisión, porque el lente puede quedar defectuoso y no da nitidez a la foto. Pero todo el trabajo de reparación o mantenimiento de cualquier equipo, sea cámara, lente o flash, tiene su complicación y hay que hacerlo muy bien.
–La transición de la fotografía analógica a digital ocurrió en la primera década del 2000 acá en Venezuela. ¿En qué te afectó y como superaste ese cambio?
–Bueno, igual que al principio, yo desarmaba las cámaras mecánicas y los lentes y así hice igual con las cámaras digitales, poco a poco fue un nuevo aprendizaje. Igual no hice cursos ni nada porque ya tenía bastante experiencia y eso me ayudó.

–¿Es más complejo reparar equipos de nueva tecnología en electrónica digital?
–¡No!, todo lo contrario, las cámaras digitales son compactas y vienen con componentes mas simples. Por ejemplo tienen flex, cables, tarjetas y sensores que simplemente cambias y ya, no hay tantos engranajes, piñones, ruedas y cosas así. No es que sea fácil tampoco, porque todo es digital y hay que usar tester y otros instrumentos de presición. La tecnología ayudó un poco, ahora armar y desarmar lentes y cámaras es menos complicado que antes.
–Si tuvieras que comparar las cámaras y los lentes de antes con los digitales de ahora, ¿cuáles son las ventajas de cada uno?
–Bueno, las cámaras de antes eran más robustas y pesadas, más fuertes pues, mucho más duraderas y resistentes a golpes y al clima. Las cámaras de ahora son compactas y livianas y tienen mucho plástico, eso hace que se deterioren más rápido y no soportan mucho los golpes. Y también los lentes, antes eran de vidrio y metal con mejor óptica; muchos fotógrafos vienen a que les adapte lentes viejos a sus cámaras nuevas digitales.

–Cuéntame de eso, ¿cómo adaptas lentes viejos a cámaras nuevas?
–A los lentes analógicos les adapto anillos para que funcionen con las cámaras nuevas, aunque pierden el autofoco, pero los fotógrafos dicen que les da muy buena calidad de imagen. Eso se hace con algunas marcas y modelos, no se puede hacer con todas las cámaras ni todos los lentes.
–Tu oficio y tu taller ya se ven como algo antiguo y poco común, y muchas personas van a tiendas que ofrecen servio especializado en cámaras digitales. ¿Crees que tu profesión u oficio como técnico en micromecánica esté desapareciendo?
–Ya los técnicos más viejos se han retirado porque les falla la vista y el pulso, pero todavía quedamos algunos que de manera independiente creamos nuestros talleres y ofrecemos exactamente el mismo servicio que las tiendas y hasta mejor-, responde con risas de orgullo y alegría. – Creo que eso se debe a que nunca se preocuparon por hacer escuelas técnicas que formaran a jóvenes en esta área, sólo en electrónica y computación, pero no en micromecánica de fotografía.


1 comentario
Excelente cronista se suma a este equipo, además de excelso fotógrafo!. Enhorabuena