Historia, construcción alternativa y arquitectura popular: incursión al espacio referente por excelencia de la militancia cultural barquisimetana
Texto y fotos Lheorana González
________________
Dedicado a Hiranis Serrano
Era media mañana, el sol ardiente arropaba las fachadas de la calle 46. Del lado izquierdo de la casa, arriba de la singular ventana, se lee destellante y en letras mayúsculas GUACHIRONGO; fue inevitable enfocar las manos de Peraza con el objetivo de mi cámara, maniobrando un candado antiguo que parecía la cerradura del portal que da a otra dimensión del tiempo.
Ya yo había visitado este lugar, invitada por la gran amiga poeta y cultora Hiranis Serrano, quien me convidó a un recital de poesía por allá por el año 2018. Allí estuvo presente toda esa gente talentosa de Barquisimeto que amo y admiro mucho. Yo quedé encantada e impresionada con la estructura y los detalles del espacio y en aquel entonces me fui con la promesa hecha a mi amiga Hiranis de regresar en otro momento para organizar un concierto en Guachirongo. Pero las promesas suelen convertirse en humaredas y aunque el destino se empeñe en hacernos transitar los mismos caminos, las volteretas que da la vida le bifurcan a una los propósitos.
Durante el recorrido del pasillo que va hacia la primera sala de la casa, Wilmer se desvía a una habitación que está a la derecha del corredor, busca una botella y nos amenaza con un buen palo de cocuy. Mientras espero mi traguito, ya en la sala, tengo la sensación de haber entrado a una película de época: butaques antiguos de campeche, tres vitrolas del siglo XIX, un gran reloj vertical de péndulo y en la pared del fondo reluce multicolor un cuadro del artista larense Pedro Fuentes. En algunos espacios internos veo expuestos cuadros de Siqueiros, de Diego Rivera, máscaras de la escuela de Frida Kalo, máscaras de Reverón.
La peculiar arquitectura a lo largo y ancho de la casa está llena de detalles y corotos de toda índole que cuentan historias a raudales, pero en conjunto envuelven un profundo significado estético que a simple vista logré decodificar: Wilmer Peraza es un coleccionista, reciclador de objetos y gran admirador de la cultura y el arte mexicano.
Nos sentamos a conversar en los anchos butaques de campeche. Mi amigo baqueano Carlos Angulo después de tertuliar un rato, se levanta y se despide. Yo quedo entonces en compañía y en una grata conversa con Wilmer Peraza. Tenemos poco tiempo. Wilmer me advierte que debe estar desocupado en cuarenta minutos, hora en la que comenzaría uno de sus programas radiales. Me invita a subir al primer piso de la casa, donde se encuentra la estación de radio comunitaria y donde él estaría a tiro para iniciar la transmisión. Entre traguitos de cocuy Wilmer se inspira a contarme algunos detalles de su vida, que a su vez relatan la historia de la casa.
Desde hace varios años Wilmer Peraza es el responsable del diseño y del mantenimiento de Guachirongo, estructura arquitectónica muy particular que se erige extravagante en medio de la cuadra de la calle 46 entre carreras 16 y 17 de la parroquia Santa Rosa en la ciudad de Barquisimeto. La fachada parece sacada de un cuento de realismo mágico, con puertas y ventanas eclécticas, un balcón de estilo colonial sobresaliente en el primer piso y una especie de garita alta con techo a dos aguas donde se exhibe un viejo parlante.
Mucho después de la muerte de su abuelo Porfirio y de su padre, a Wilmer le tocó asumir por completo la responsabilidad del hogar. Fue entonces cuando decidió dedicarse a la restauración de la casa: “Desde niño he estado metido y viviendo en esta casa, aquí me crie y aquí murieron mis abuelos, murieron mis padres y ahora yo soy una nueva generación y surgirá otra con los hijos míos. Lo importante de esto es que siempre me llamó la atención esta casa. Desde joven yo le metía mano a eso, juntaba pa que no se cayera y la iba acomodando, o sea que la sostuve como pude hasta que me toco realmente restaurarla. Me tocó también abrir los baúles de mi abuelo, abrir los cuartos, responsabilizarme de todo esto. Esta casita, que en su originalidad se llamaba La Guama, es una casa que tiene varias mezclas de materiales, tiene adobe, tiene bahareque, tiene cardón».
–Ya vamos a hablar de los materiales y los detalles. Antes cuéntame del origen de la casa. ¿Quién construyó sus bases?
–Esta casa perteneció a un señor llamado Anís del Cure y su esposa era Rosa del Cure, le decían Mamá Rosa del Cure. Ella era una poeta, inclusive yo le publiqué un libro donde logré recopilar parte de su poesía. Ellos le vendieron esta casa a mi papá por allá por los años 30. Mi papá era un fotógrafo de camarita de cajón, de esos de la época; andaba por las calles, por los pueblos con su cámara de cajón con trípode. Según los papeles, todo esto le costó 500 bolívares para esa época. Tengo algunas fotos de él (suena turbador el péndulo del reloj antiguo). Mi papá logró comprar esto. Al final fue más de media manzana. Hoy día en esta casa, uno entra por aquí y sale por la otra calle. Es una casa que podemos considerar una de las pocas pioneras de esta comunidad que se conservan intacta: los mismos techos, las mismas paredes.
–¿Es una estructura de origen colonial?
–No, yo calculo que debe ser como del año veinte, por ahí. Le calculo más de 100 años. Si yo cuando era niño esto eran unos peladeros, me imagino que en esa época esto debió haber sido una casita aislada aquí en Barquisimeto. Para esos años no existía ni el Parque Ayacucho, que es un parque de los años 30, de cuando Gómez. No existían casas por aquí sino esto, que me imagino al principio era una casita así pequeña, no sé, seguro de algún campesino o un ermitaño, no sé cómo sería realmente su origen, pero lo que sí se, es que llegó a pertenecer a Anís del Cure y él se la vende a mi papá. Esto era como una selva. Había muchos árboles muchas matas, muchos escondites, demasiado para nosotros, aun a estas alturas es grande, cómo sería pues para esa época.
–Háblame de la restauración de la casa, ¿qué materiales usaste?, ¿cómo fue ese proceso creativo?
–En un comienzo lo hacíamos sobre todo mi mamá y yo. Ella me ayudó mucho a hacer allá unos tarantincitos. Cuando yo empiezo a habitar la casita esta, a meterme, yo le puse afuera Guachirongo, que es el nombre de un personaje que existió más o menos por los años treinta, cuarenta en Barquisimeto. Un hombre que andaba rodeado de perros y de niños y lo particular de él eran dos elementos: uno, él decía que vivía en las nubes colorás. Para nosotros los larenses cuando nos hablan de colores pues, nos están hablando del crepúsculo. Y también, cuando andaba por la calle vendía gritos a locha que era la moneda de doce céntimos. Cuando la gente lo veía le decían “grita ahí” y le pagaban una locha por eso. También le daban mucho triquilín, que eran las sobras de cocuy o de cualquier bebida, entonces en los botiquines se lo guardaban y se lo daban. Un personaje importante, su vida influyó a músicos de su época, le hicieron varias canciones.
“Con un cuento que se llama “Guachirongo” prácticamente inicia Julio Garmendia lo que llaman el realismo mágico en la literatura venezolana. Después Julio Garmendia escribió cantidad de obras, pero él fue un adelantado inclusive a García Márquez. Para los años treinta y cuarenta él ya estaba en ese mundo. Él es de aquí de Barquisimeto, muy ligado a Salvador Garmendia y a toda esa gente. Los Garmendia son mágicos con la literatura, lo han demostrado Salvador Garmendia, Julio Garmendia, Germán Garmendia, Mariela Garmendia, que escribe novelas y obras de teatro. Ellos influyeron mucho en que esta casa llevara ese nombre. Luego con el correr del tiempo como teníamos ese patio que no utilizábamos, te estoy hablando de los años setenta y pico arriba, hace más de cuarenta años, decidimos entonces convertir esto en el Centro Cultural Guachirongo, que ha perdurado hasta hoy. Lo importante es que todo lo que tú ves aquí, un alto porcentaje, yo diría como un 80 o 90 por ciento, es material recogido de la ciudad. Lo que iban tumbando de todas las casas viejas de Barquisimeto, yo lo iba recogiendo y me lo traía para acá. Aquí se vivió un momento que no hubo contemplación y empezaron a tumbar todo. Yo era peleando y recogiendo, porque ¿qué iba a hacer?, yo peleaba por aquí y estaban tumbando por allá de madrugada y de noche. Entonces lo que yo hacía era, me las ingeniaba con un camión, buscaba lo que podía y me lo traía pa acá”.
–¿Qué materiales recogiste? ¿cómo los usaste?
–Tejas antiguas, tengo más de 40 puertas, ventanas de esas de flechas recicladas, madera, adobes. Reciclé mucho adobe y mandé a hacer también. Rescaté muchos objetos antiguos de Barquisimeto. Muchísimos objetos que son parte del patrimonio cultural. Se utilizó mucha tecnología de barro. Yo logré ubicar artesanos de aquí de Villa Rosa, artesanos de Cubiro y de Río Claro que venían a trabajar aquí dos o tres veces a la semana, hasta que fuimos levantando esto poco a poco, respetando lo que existía. Los artesanos en cayapa pegaban y hacían adobes, lo frisaban, me explicaban. Me enseñaron las tecnologías del adobe, todo esto lo hicieron ellos y me enseñaron. Realmente eran unos maestros del adobe. Cuando yo estaba haciendo esto mirá, aquí no se había despertado la fiebre del adobe, esta fue la primera casa. Entonces después todo el mundo empezó a hacer casas de adobe, hasta me llevaron a los trabajadores que tenía yo aquí, se convirtió en una moda, y más cuando empezaron a ver el resultado. Yo debo tener como cuarenta ventanas, los ventanales son los ventiladores, eso es lo que le da frescura a esta casa, más el adobe. Aquí hay muchos elementos importantes, hay piso, hay material yo diría del siglo XVIII, XIX y comenzando el siglo XX. Esto es realmente un museo levantado con pedacitos de construcción históricos de la ciudad de Barquisimeto.
“Los espacios aquí hoy en día no están óptimos porque no es fácil, pero hay muchos proyectos por continuar y culminar. Algunas cosas se dañan y quedan a la espera de poder tener recursos para repararlas, otras hay que repararlas con urgencia. El mantenimiento es difícil porque para mantener esto hay que tener bastantes recursos. Esto se ha mantenido porque uno siempre le mete la mano, pero sino en otras condiciones, esto se hubiese caído. Por parte del gobierno ha habido ofrecimientos, el presidente Chávez mandó a culminar esto. Lamentablemente, la persona que se asignó aquí en Barquisimeto, no lo terminó, es más, él vino aquí a Barquisimeto y me quería entrevistar y yo lamentablemente no fui cuando me llamaron, entonces al otro día estuvo aquí Casa Militar muy brava porque yo no había subido a la entrevista que me iba a hacer el presidente. Eso fue como en el 2008 por ahí. Es que la persona que asignaron para esto no lo asumió. Solo tres días antes de que Chávez llegara vinieron a trabajar y me acabaron parte del techo, me acabaron con miles de cosas, yo me molesté”.
–¿Tuviste algún otro maestro que te haya incentivado, enseñado técnicas de construcción de albañilería o que tu hayas visto construir antes de empezar a restaurar esta casa?
–Bueno, sí. Mi papá en los años 50 hizo una casa allá en el pueblo de donde nosotros somos, en San Miguel, y todo eso lo fue construyendo él, ¡claro!, no utilizó el adobe, pero si utilizó de una manera incipiente bloque, bastante madera, claraboyas, ruedas. Y fue una casa que hizo a orillas de un muro, cerca de un río de donde nosotros somos. Es más, yo conservo un cuaderno donde están todas las anotaciones, las fechas en que lo inició, cuando comenzó, lo que gastó, la gente que trabajó allí. Todo eso lo conservo yo, el croquis pequeñito. Un diseño en miniatura que él trazó en papel para hacer esa casa. yo creo que de ahí viene eso. Tengo un diario de la construcción de la casa que hizo mi papá. De esta creo que hay un diario también pero a nivel de la prensa, porque esto sorprendió mucho cuando se estaba iniciando, la gente venía a mirar estas cosas, cómo las íbamos haciendo y resolviendo. Para acá viene mucha gente a ver esto, todavía sorprende.
–¿Qué funciona actualmente acá en el Guachirongo?
–Acá en estos momentos funciona la Radio Comunitaria Guachirongo en Dial, funciona el Centro Cultural Guachirongo, en algunas áreas el Consejo Comunal porque esto es grande, y también funciona la Comuna Manuela Sáenz en Guachirongo. Somos nueve Consejos Comunales que aprovechamos esto para reunirnos y como esa es mi intención, qué voy a hacer yo con esta vaina tan grande. Entonces se utiliza para actividades culturales, artísticas, a veces tenemos festivales de teatro, eventos poéticos. Lo que se quiere es dejar una herencia para nuevas generaciones. Esto se lo dedico yo a dos personajes; a un personaje muy importante dentro de la literatura y de las cosas sencillas del pueblo venezolano como es Aquiles Nazoa y a Don Julio Garmendia, a esos dos personajes le dedico yo todo este espacio.
–¿Tienes algún proyecto específico a mediano o largo plazo en la casa?
–El proyecto más grande que tenemos es culminar esto allá al fondo, un teatro que estamos construyendo desde hace años, culminar el museo, clasificar todas esas antiguedades. Esto lo van a decretar Patrimonio Cultural de la Nación como una iniciativa de la Asamblea Nacional. Esperamos que a partir de allí esto se valore más y realmente se le meta lo que se requiere. Quienes han vivido esto, lo aprecian mucho porque se dan cuenta de los grandes valores que hay; aquí hay biblioteca, archivos fotográficos, obras de arte, hay una documentación histórica muy grande. Ahí está todo eso metido, con cierto desorden pero ahí está. Entonces parte de los proyectos pendientes es organizar bien todo eso.
__________________
Semblanza
Wilmer Porfirio Peraza Gutiérrez nació el 9 de Abril de 1951 en San Miguel, municipio Jiménez del estado Lara. Además de ser un ingenioso reciclador, coleccionista y restaurador de la Casa Cultural Guachirongo, ha incursionado a lo largo de su vida en diferentes ramas de las artes, la comunicación y la política. Es locutor, teatrero, hacedor de juguetes de madera, melómano, coleccionista y fundador del Fondo Editorial Cervero, con el que ha logrado editar y publicar desde el año 1966 alrededor de sesenta libros.
Wilmer Peraza permaneció casi tres años en la guerrilla asumiendo misiones arriesgadas y metido en las montañas con Douglas Bravo. Le tocó andar en eventos internacionales en Cuba, en Chile durante la dictadura de Pinochet, semiclandestino; en Colombia, Ecuador, Panamá, cumpliendo tareas revolucionarias, comprometido con las FALN.
Wilmer estudió historia en la universidad, pero como auténtico rebelde, le faltó un semestre para culminar tesis y trabajo social en la UCV y en la Fermín Toro. “Yo siempre estaba en algo, tenía que estar saliendo del país y como uno era de esos cuadros de verdad fieles a la revolución, como lo sigo siendo, porque sigo siendo chavista, madurista y psuvista. Esa es mi convicción. Yo creo que cualquier regreso atrás esto puede llegar a ser peor que Palestina y peor que este nuevo presidente que ganó allá en Argentina. Venezuela pues es un país privilegiado. Imagínate tú la tranquilidad que hay aquí. A pesar de todo, nosotros los venezolanos estamos respirando mejor si nos comparamos con otros países, entonces yo defiendo esto hasta el final”.
Con los años, Wilmer ha logrado cultivar en las primeras horas del día el hábito de la escritura; de 5 a 7 am escribe, después de las siete se dedica a los cuidados y el mantenimiento de la casa. En su agenda cotidiana están incluidas las reuniones de la comuna, la dirección de la radio y los ensayos de teatro. Tiene dos programas radiales transmitidos desde la estación de Radio Comunitaria Guachirongo en dial 98.5 FM: uno sobre el bolero que lo hace todos los sábados de 7 a 10 pm, y el otro llamado “México de mis amores”.
13 comentarios
Felicitaciones a Wilmer Peraza y a su maravilloso Proyecto Cultural para nuestra hermosa ciudad crepuscular.
Que siga adelante, no desmaye! Es un importante referente a quien tanto su propia generaciòn como las futuras generaciones larenses deberìan seguir.
Excelente trabajo periodìstico, donde se destaca un lugar barquisimetano de importante referencia cultural en Estado Lara.
Es posible convertir a Guachirongo en el lugar donde confluyan las artes y lo socio-cultural moderno de los nuevos personaje artistícos de las nuevas generaciones que vayan surgiendo tanto en nuestro Estado Lara como en toda Venezuela.
Ay que bonito mi mana, gracias a ti! Todo el que vaya pa Barquisimeto debería pasarse por la calle 46, además de ser un espacio excepcional ahí venden un buen cocuy, otro motivo para echarle una visitada. Beso
La verdad sin palabras es sorprende está maravillosa ❤️ 🙏 presentación del centro cultural popular Guachirongo para mí es el mejor homenaje que le han hecho a nuestro hermano Guachirongo mayor wilmer Peraza ojalá algún día no muy lejano terminen de contruir está obra tan hermosa como lo es Guachirongo y que también terminen el teatro Luis Alfonso Linares que está al fondo al lado del patio de los recuerdos dónde estuvo el panita Ali Primera los sueños de Wilmer Peraza Guachirongo mayor es ver concluido en vida toda esta majestuosidad de estructura llenas de muchos recuerdos poéticos artístico y paren de contar gracias mil gracias por este homenaje a Wilmer Peraza Guachirongo mayor.
Muchas gracias compañero por tu comentario!. Próximamente publicaremos la segunda parte de la entrevista. Va un fuerte abrazo. Saludos!
Hola Saludos muy hermoso trabajo sobre el
Centro Cultural Guachirongo un espacio de
vida aún sin concluir, durante muchos años
nos hemos dedicado al arte y al área de
museo, gracias por reconocer nuestra bella
labor en favor de las nuevas generaciones
este escritor parte 1 es un estímulo a la
labor por todos nuestros valores culturales
está muy bien escrito y que belleza de fotos
naguara provoca hasta llorar realmente la
creadora de esta entrevista ha hecho un poema sutil
y visual que nos recuerda a Guachirongo el
que vendía gritos a locha y vivía en las nubes
colorasssss mejor dicho en el crepúsculos
rodeado de perros y niño en el viejo y amado Barquisimeto de calles empedradas y faroles
de acetileno, muchas gracias en nombre de los
Guaros, felicidades un fuerte abrazo y un palo
de cocuy para brindar por nuestro sueños.
Que bello y que honor para mi haber estado allí. Gracias estimado, por recibirnos y compartir esa gran historia. Te mando un fuerte abrazo. Salú!
Que vaina tan buena
Gracias por llevarme a conocer de manera histórica y geográfica ese Giachirolongo, cuando logré estar algún día en ese sitio tan mágico y magistral, diré que ya estuve allí, gracias a la Inventadera
Ay que bonito mi mana, gracias a ti! Todo el que vaya pa Barquisimeto debería pasarse por la calle 46, además de ser un espacio excepcional ahí venden un buen cocuy, otro motivo para echarle una visitada. Beso
Es una historia digna de conocer y compartir, para saber de nuestra huella reciente y de nuestros pasados, y de cómo todo eso se está expresando en nuestras andanzas actuales. Me falta añadir que es una historia bien contada, que nos mete de lleno en la conversa, en buena hora.
Gracias Orlando por tu comentario y por trabajar diariamente por el arte y la cultura zuliana. Eres un importante referente local y comunicacional de nuestro país. Abrazo!
Guachirongo es un espacio obligado en cuanto a la formación de cualquier cultor en Barquisimeto
Allí se escribieron montones de historias…
Mi primer ensayo con la agrupación 1 2 3 Trovando
José Aguero
Andrés Ivanchenko
Carlos Gómez
aguasalá y yo por allá en el año 2000
Mucho antes de eso yo participé en cientos de actividades infantiles…
Cuando tenía unos 10 años Vi al grupo Razas del Perú
Y. De allí mi amor por música altiplanica!!!
Muy bonito y sentido material
Muchos recuerdos
Gracias
La primera vez que fui a Guachirongo, invitada por Hiranis Serrano, hiciste una presentación de tu música junto a la querida Negra Rumbos. Fue un recital maravilloso e inolvidable. Gracias por compartir y recordar esas experiencias tan sublimes. Te mando un abrazo mi querido René, a ti y a toda tu familia desde Venezuela hasta Chile. Se les quiere!