A los responsables de la generación de basura industrial, esa tragedia que está amenazando a los océanos (o a la parte de los océanos que nos garantiza la vida a los humanos y otras especies) les encanta poner a circular «informes» y «análisis» en los que todo el planeta, menos ellos, resultan ser los culpables de la contaminación de la atmósfera, de los suelos y de las aguas. Hemos invertido varios días, de los pocos que tenemos de recorrido, en mostrar ese ejercicio asqueroso, sobre todo en esta entrega reciente sobre la basura (clic aquí).
Fácil: como la mayoría de los ciudadanos del mundo hemos sido formados o deformados bajo esquemas judeo-cristianos, a base de religiones que se apoyan en la culpa y el castigo, entonces han querido imponer dos fórmulas. A verlas:
TÚ, pequeño monstruo, eres el culpable de la destrucción del planeta, por andar botando plástico en los contenedores, en la playa o en la calle. Así que PÁGAME (impuestos, multas, diezmos, escarnio público, etcétera).
Como cada vez los ciudadanos estamos mejor informados (perdón: más informados) y podemos rebatir eso en medio minuto, entonces cambian a esta otra fórmula:
LA ESPECIE HUMANA (es decir, todos nosotros) está jodiendo su propio hábitat. Así que PÁGAME (impuestos, multas, diezmos, escarnio público, etcétera).
Con lo cual todos quedamos en un mismo nivel, grado de culpabilidad o bojote junto con las grandes industrias, fabricantes de basura plástica y de todos los materiales industriales y gases que contaminan.
Al grano: que los destructores del planeta piensen y digan eso se entiende, ellos son así y por eso son millonarios y nada los conmueve. Pero que a ciertos comunicadores y medios progresistas, o al menos preocupados por la desgracia climática que nos asedia, se les haya «pegado» cierta forma de decir y de analizar las noticias e historias al respecto, ya incomoda mucho más. Porque revela que les compramos a los países y corporaciones contaminantes su discurso repugnante que nos criminaliza a los ciudadanos, y ahora también A LA NATURALEZA. Nunca será el capitalismo, nunca será la lógica industrial enloquecida desde hace un siglo y medio para acá: es la gente común como tú, o la perra naturaleza (que nos ha mandado el Covid, la muérgana esa) la que aceleró la contaminación.
Por favor, bajo la óptica plasmada acá arriba, lee el siguiente titular. Como es seguro que con solo leerlo comprenderás el chiste, entonces métete a leer la nota, para que te moleste un poco más la manipulación (o la ignorancia) en esa forma de narrar las cosas.
Bueno, ahí va:
La pandemia genera 8,4 millones de toneladas de plásticos de un solo uso
Post data: en abril de este año, los muchachos de National Geographic, preocupadísimos también por lo mismo, publicaron un trabajo cuyo título prometía: ¿Cómo evitar que las mascarillas desechadas contaminen el planeta?
Tan hermosos y tiernos: la corta vista (o la mala intención, quién sabe) se les chorreó desde el principio: porque asumen que el problema no son las mascarillas sino solo las mascarillas desechadas (bingo: el culpable no es el fabricante de esa m… ascarilla sino ¡TÚ!, por usarla y no saber dónde mother fucker botarla después). Y a ese paso, hermanos queridos, jamás darán con el verdadero origen del rollo: la solución al problema de las mascarillas, guantes y demás cosas desechables no es arrojarlas donde Dios manda (¿?), sino el freno urgente y en seco a su producción. Si se siguen produciendo esos objetos-basura (mascarillas, pañales, toallas sanitarias, guantes, condones) pues la basura seguirá inundando todo espacio terrestre.