Un emprendimiento familiar tachirense pone en evidencia las trampas de la industria que capitalizó el concepto «belleza»
Penélope Toro/ Fotos Nelson Chávez
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Cucurí nace en plena crisis de escasez de 2012, algo recurrente en experiencias innovadoras similares. Ha alcanzado una singular variedad de productos para el cuidado personal, lo que la distingue de otras iniciativas.
Esta gente ha desarrollado una gran capacidad de resiliencia y constancia en el empeño de ofrecer una opción saludable para el cuerpo y para el planeta en materia de cuidado personal, en un territorio nada sencillo para dichas iniciativas, como puede ser una zona fronteriza.
Como la espuma la joven pareja conformada por Sofía Wassouf Rangel y Francisco Antonio Jaimes Avendaño siente orgullo de lo que dicen es su fuerte: la jabonería. Hacer jabones es un arte bastante antiguo, que antes era elaborado por las mujeres en el hogar. Como tantas otras alquimias se lo hemos delegado a la perversa industria capitalista, lo que nos deja en completa indefensión e ignorancia acerca de lo que arrojamos al agua para nutrirla o contaminarla y sobre lo que estamos metiendo por nuestros poros.
Más allá de las concepciones tradicionales de lo estético, la pareja considera que salud es directamente proporcional a belleza y viceversa. Esta relación de equivalencia es rota toda vez que la industria de la cosmética metió sus narices para echarlo todo a perder, con lo que belleza se hizo sinónimo de una gran cantidad de químicos y protocolos para tapar la “no salud” a la que nos obliga el estilo de vida de la sociedad de consumo.
En tal sentido, Cucurí propone un estilo de vida en el que la sana y deliciosa acción de tomar una ducha, de asearnos, la necesaria humectación y protección de nuestra piel no conlleve a producir daño a los ríos, mares y atmósfera ni tampoco nos generen problemas endocrinos o cáncer por la intoxicación prolongada a la que nos sometemos con los parabenos, alcoholes y metales pesados de la cosmética industrial.

Francisco es arquitecto, carpintero y muy ingenioso en el arte de la todería. “Es todero”, cuenta Sofía, diseñadora gráfica y artesana, a quien hace doce años le dio por hacer jabones. Al no conseguir la materia prima importada en plena crisis de abastecimiento, decidió investigar cómo se realiza la base para hacer jabón. Allí empezó todo y como la espuma ha crecido con otros productos.
“La jabonería artesanal tradicional usa insumos industriales, y es: comprar una barra de glicerina, derretirla, ponerle colorcito, unas florecitas y se vuelve un asunto más bien estético”, acota Fran.
Sólo hacer jabones les fue llevando a desafíos de diseño, moldes, diseñar un carro para que los jabones sequen y maduren adecuadamente durante dos meses. Fran entonces se bota con sus dotes manuales y en el taller se siente el buen gusto, la armonía, teniendo todos los instrumentos y materiales muy bien ordenados y clasificados, destacándose una extravagante máscara antigases colgada en la pared.

¿Matriz de impresión 3D o pantaletas?
El buen humor de Sofía y Fran nos va guiando por la mesada de trabajo. La curiosidad sobre la máscara nos come y sueltan la risa, especialmente Sofía quien ostenta una contagiosa carcajada. Cuentan que al verse en la necesidad de protegerse de los gases tóxicos que emana la soda cáustica cuando se preparan grandes cantidades de mezcla, la negociaron de manera subrepticia en la época de las guarimbas.
Continúa la echadera de broma y esta vez porque, por alguna razón, Sofía llama a su molde para hacer jabones “pantaleta”. En esta oportunidad estaban “monos” estrenando “ropa interior” de lujo con el nuevo diseño de Fran en silicón –no cualquier silicón, sino de grado alimenticio-: una matriz de impresión 3D para los nuevos jabones con el encantador dibujito del pajarito, su logo.

Sofía es sin duda toda una brujita, una mujer intuitiva que emana la seguridad de una persona que va por el camino que quiere ir. Nos cuenta el significado de Cucurí. Al inicio de su emprendimiento se sintió atraída por ese nombre, mas no se había decidido. Un día visitó la zona de Santa Ana del Sur, territorio rico en ríos y magia, de donde, además, era su abuela. Y resultó que cucurí es un pajarito de esa zona cuyo nombre es la onomatopeya de su canto.
Dada la profesión de Sofía el tema de la imagen, aspecto muy importante en este rubro, no es en modo alguno un problema. Lo que sí es una preocupación y a la que obedece su gran motivación radica en otra cosa: “Mi descubrimiento es que la cosmética (supuestamente) natural que se está dando a nivel mundial viene patrocinada por los mismos de siempre que lo que están buscando es vender materias primas a gente como nosotros”.

En su ignorancia las personas piensan que grasa es grasa, crema es crema y jabón es jabón. El detalle es que «lo que oro parece plata no es”. De la misma forma que algunos lípidos son buenos para la ingesta y otros no, no todas las grasas son sanas para el uso tópico. La alienación es tal que a la gente no se le ocurre pensar que lo que nos echamos en la piel lo absorben esas diminutas boquitas que tenemos por millones que son los poros. Para esta dupla la información es libre, no poseen celo por fórmulas por considerarse una especie de arqueólogos.
Experimentar, batir una y otra vez una crema, conocer el comportamiento de los elementos, qué emulsiona con qué, qué reacciona a equis temperatura y luego de finalizadas las primeras pruebas, ofrecérselo a conejillas de indias, que en este caso es la familia. Todo esto es una chamba que no todo el mundo está dispuesto a hacer, así vea cien tutoriales de Youtube.
Su peculiar manera que instruir cualquiera podría definirla como una mera estrategia de umárqueting, pero en el fondo es una necesidad y obedece a un claro impulso pedagógico. “Somos una alternativa real en cosmética natural, -aunque suene muy atrevido-, porque lo otro que estamos viendo es como un show cosmético de glicerinas, alcoholes, por eso esto debe crecer”. Son muy auténticos en las recetas y marcan en etiqueta lo que usan sin esconder nada y los componentes de manera comprensible. “La naturaleza ya tiene todo lo que necesitamos, nosotros lo que hacemos es buscarlo en ella”, complementa Fran.

Reto verde vs la farsa verde
Se conciben como “(…) un escalón para ir a la verdadera cosmética natural que es la salud. En ese sentido lo mejor que le puede pasar a Cucurí es que deje ser necesario porque ya todos nos alimentamos sanamente y vamos directamente a los productos naturales”, dice con benevolencia Francisco.
Piensan que hace falta ese escalón y su rol es darle esa ayuda a la relación del ser humano con el mundo natural. Refieren sobre el peligro de conocer, a manera de boom de (des)información, lo dañino de la cosmética comercial, ya que cuando la gente va a buscar una solución, no hay alternativas reales. “Tú no consigues esto en un supermercado. Y cuando sí, como pasa en Europa, es cosmética permitida por cierto gremio científico, no es cosmética natural”.

En esto, y mucho más, consiste el greenwashing, una estrategia de márqueting “verde” destinada a crear una imagen ilusoria de responsabilidad ecológica y con ello captar consumidores que entre sus preocupaciones éticas tienen al ambiente. Alertan sobre esta trampa con las materias primas que se dicen naturales, cuestan un ojo de la cara y no especifican de qué lo sintetizan.
Pero Francisco y Sofía son sagaces y no se comen el cuento. La experiencia les ha dado para buscar en la misma naturaleza los productos que tienen a la mano como los aceites vírgenes, sus mejores aliados: coco, ajonjolí, olivo, tártago y lo que necesiten para suplir la mayor cantidad de necesidades posibles en los procesos de producción. Uno de los retos por supuesto: la conservación.

Desde que fui diagnosticada con fibromialgia he ido migrando progresivamente a la cosmética natural, conociendo no pocos emprendimientos en mi país. Muchos de ellos trabajan de manera muy ética y auténtica. Uno de los fuertes que veo en Cucurí, como alternativa, es que se puede conseguir casi todo lo requerido para la higiene personal de la familia, incluyendo a las mascotas y a unos niveles de calidad que difícilmente se le midan otros emprendimientos.
Dicho en otros términos, no hay que estar saltando. Otra ventaja es el alto nivel de concentración y pureza, lo que hace que su buen rendimiento compense el precio a pagar. Por ejemplo, una barra de jabón de línea media equivale, en rendimiento, a unos tres jabones comerciales; sin contar con los no despreciables beneficios ya comentados. Entonces, se trata de que para migrar a estas alternativas hay que realizar una gestión distinta de las formas de compra.

Los productos para el cuidado del cabello y aceites esenciales que preservan la salud integral y el buen humor son a base de hierbas. Son pioneros en ofrecer cremas, que para quienes vivimos escudriñando todo el tema de los petrolatos en la cosmética, sabemos que no es terreno sencillo. Ello nos muestra el arrojo de Sofía, quien sabiendo qué público debe captar, es consciente de que no hay mujer que se le resista a una buena crema humectante.
Han sacado una pasta dental sin flúor y un protector solar que el público mismo catapultó como crema dermoprotectora; un jabón de miel para piel sensible y un jabón todo uso. Un jabón de carbón activado para evitar el acné, y otros productos.


6 comentarios
Sofía y Francisco son grandiosos, estudiosos, honestos y generosos. Amo sus productos y consumirlos me da tranquilidad…deseo que sigan creciendo.
Amo ir a Cucurí, todos los productos son de excelente calidad! siempre quedo extasiada con tanta variedad y cada día se reinventan! Estoy muy feliz y orgullosa de tenerlos aquí en el Táchira y en mi ciudad San Cristóbal, los quiero mucho!
Si tengo una ocasión especial para hacer un regalo, no dudo en ir para allá porque aparte de calidad, ser artesanales y de gran beneficio para todos nosotros y el planeta, también se esmeran porque luzcan bellos y atractivos en su presentación.
También quiero agradecer y felicitar a: «Lainventadera.com» por este maravilloso reportaje.
Muchas gracias
Cucuri es la tienda a donde podemos comprar con plena confianza y tranquilidad productos para nuestro cuerpo que solo van a traer beneficios. No hay letras chiquitas ni efectos secundarios, solo bienestar.
Excelentes productos! Sofía, una luchadora de años! felicidades y éxitos! bello reportaje! ❤️
Reportaje*
Excelente repórtale!!!! Los productos Cucuri son a toda prueba, adquirirlos una vez es adquirirlo por siempre.