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Mujeres konukeras gobiernan en los Altos Mirandinos

por Teresa Ovalles Márquez
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En Cañaote-Begonia se optimizan las formas de organización popular y cobra cuerpo un estilo de vida apegado a la tierra y sus posibilidades

Teresa Ovalles Márquez / Fotos Candi Moncada

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Las mujeres de la población Cañaote-Begonia, en los Altos Mirandinos, se emancipan a punta de participación y protagonismo, ganado desde las formas de organización popular como los Clap, las comunas y la creación y mantenimiento de konukos, bajo la mirada del proyecto que lleva la bióloga María Isabel Arteaga, adscrita al Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, IVIC.

La visita que hicimos a las mujeres konukeras del caserío de Cañaote-Begonia se convirtió en un hermoso paseo por viviendas ubicadas en relajantes lomas sembradas de grama de variados verdes y texturas. Provocaba descalzarse. Allí conocimos a líderes, amantes de la distancia que las mantiene lejos de la urbe. Este asentamiento se encuentra a 1.643 metros sobre el nivel del mar y allí se respira un clima fresco y un bucólico ambiente.

Marbenis Canache se ganó, a punta de accionar como mujer alfa, su puesto de comando en la comunidad, desafiando la aparente fiereza de hombres que se negaban y se niegan a reconocerla. Ella se enfrentó también a los dirigentes negativos de una banda que quería reclutar a una de sus hijas. En defensa de los chamos y chamas de la zona comandó acciones con las que se fue ganando el respeto y la confianza de los vecinos del caserío Cañaote-Begonia. El grupo de mujeres y hombres que lidera dicen que no quieren que se recuerde el sector por esa “contaminación” sino por las acciones colectivas que han desarrollado en favor de las necesidades sociales de la gente.

“Soy la vocera principal de esta comunidad”, se presenta Marbenis, “tengo 38 años, me gusta la siembra. Estoy sembrando grama, te siembro tubérculos como yuca, ocumo, plátano. También tengo cambur y voy a sembrar cacao, ya sembré cien matas de café y se me dio muy bueno. Me gusta que las cosas surjan, crezcan, no esperando que otro las haga, sino haciéndolo uno, y llegué aquí gracias al Presidente Chávez porque él nos enseñó que las mujeres sí podemos asumir liderazgos. En mi caso yo vengo de padres que no saben leer ni escribir, mi esposo tampoco sabe leer ni escribir. Hice el bachillerato hasta el cuarto año, pero no pude continuar”.

Hacia un plan de adaptación climática

Desde el Laboratorio de Diversidad Biológica del Centro del Estudio de la Crisis Ambiental (CECAG) del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) la doctora María Isabel Arteaga adelanta el proyecto titulado “La participación de las mujeres en la agricultura urbana; trenzando la soberanía alimentaria, la gestión del territorio y el cuido de la vida”, con financiamiento del Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Fonacit). El proyecto registra los konukos de Canache y de otras doce mujeres del Consejo Comunal Cañaote-Begonia (95 casas); y del sector Arco de Flores (443 viviendas).

Arteaga, quien es bióloga, explica que con este trabajo van a realizar un “diagnóstico que permitirá establecer indicadores de biodiversidad en estos espacios agrícolas, en alianzas de investigación y articulación con otras instituciones con competencia en agricultura urbana; se van geolocalizar los espacios; realizarán una caracterización socioeconómica de las mujeres que siembran y van diseñar tres instrumentos para singularizar el tiempo y labores del cuidado de la vida que ellas realizan, los modos de siembra y las limitaciones que pudieran tener, entre otros aspectos”.

Con este trabajo trazado desde el CECAG-IVIC se está dando acompañamiento a mujeres agricultoras a la manera que planteaba el Presidente Chávez, para también construir el plan de adaptación climática desde la visión de la crisis planetaria. “Pero no es que lo vamos a construir nosotros, –aclara Arteaga– es que ellas van a levantar ese plan y desde el IVIC lo que vamos a hacer es sistematizar y traducir su trabajo, en una metodología mediante la cual ellas van a crear su propio plan de adaptación; y vamos a gestionar recursos para las cosas que ellas necesiten en la comunidad. Venezuela va a tener planes de adaptación acorde con los estándares internacionales”.

María Isabel Arteaga acompaña a estas mujeres en la ruta de una emancipación que implique vínculos de solidaridad que conduzcan al despertar de una conciencia como hacedoras y constructoras de vida, a partir de la organización comunal y de las tareas cotidianas que les vienen añadidas por el simple hecho de ser mujeres. Todo esto en un contexto en el que el estado venezolano financia y estimula proyectos que tienen ese carácter social emancipador.

Informa Arteaga que están desarrollando otro proyecto en el estado Sucre que involucra a mujeres que trabajan con la pesca de sardina y que este trabajo, así como el de Cañaote-Begonia, le ha arrancado lágrimas al consubstanciarse con los problemas y desafíos que enfrentan las trabajadoras de la pesca en la costa oriental de la nación venezolana. Pero esa es otra historia.

Las protagonistas

Canache, y otras mujeres destacadas de su equipo, nos recibieron en un cómodo, amplio y fresco galpón abierto, ubicado en la antesala de su casa. Ella respondió a nuestras indagaciones con dudas acerca de si podía expresarse bien con sus palabras sencillas.

–Aquí había mujeres que no sabían leer ni escribir, pero eran mujeres que te decían, vamos a derrumbar ese muro ahí porque vamos a hacer una siembra, y lo hacían. Pero éramos como carros, como que ponte para allá, quédate ahí, ponte para acá, entonces yo vi que era injusto, que sí podíamos crecer, que de alguna manera nosotras como que… éramos sumisas”.

Canache, calificada por algunos como “altanera”, tiene veinte años de casada, nació en Clarines, estado Anzoátegui, y desde los nueve años de edad vive en este caserío donde creció feliz. Ella culminó sus estudios de bachillerato y adelantó que quiso hacer más pero no pudo, y ahora lucha para que los jóvenes puedan cursar los estudios “que yo no tuve”. Tiene cuatro hijas, un muchacho de 14 años y buenos terrenos para la siembra.

Participar en el plan que lleva la bióloga María Isabel Arteaga, “no ha sido fácil” para ella.

–Porque como yo te lo digo, ahorita es que me vine despertando como mujer dirigente. A pesar de que hay muchas personas que dicen, ¿por qué una mujer tiene que ser líder? Pero me he llenado de gratitud, porque me he sentido feliz. Aquí se está formando el Consejo Comunal, se está construyendo la bomba y el nuevo pozo. Estuve en ese proyecto, ayudé a hacer esa construcción. Ese es el otro Consejo Comunal, el del Arco de Flores. Con ese pozo van a hacer el sistema de agua para la comunidad. Y bueno, por lo menos cuando hubo también el desastre (se refiere al deslave de 2023) la Guardia Nacional estuvo con nosotros, nos ayudó. O sea, me sentí alegre, porque yo pensaba: no nos han olvidado.

María Isabel Arteaga y Marbenis Canache

La satisfacción de Canache es inmensa cuando nos refiere que Cañaote ahora es reconocido “por la cuestión de la grama, porque hasta el Presidente Maduro lo ha nombrado”. El rubro con el que principalmente comercian los pobladores de Cañaote es la grama en sus variedades japonesa, esmeralda y San Agustín.

–Aquí somos más o menos 53 personas que sembramos grama. Por una parte hemos abandonado la siembra de lo que es la verdura. Yo les he dicho a ellos que tenemos que sembrar el 50% de verdura. Y yo les digo, ¿viste lo importante que es sembrar también alimento? No solo de grama vive el hombre. Y las mujeres. Mira, el otro consejo comunal que es el Arco de Flores también lo tiene una mujer, no un hombre.

No sólo grama

Yanis Vallenilla tiene 11 años viviendo en Cañaote. Se siente satisfecha del aprendizaje que tiene que ver con la siembra.

“Nos pueden seguir ayudando para obtener la semillas de los rubros que vamos a sembrar, es lo que falta, porque tenemos las tierras y el agua. No estaría de más que nos ayudaran con un kilo de semillas. Ahora somos como once o doce que estamos recibiendo los talleres. Aquí podemos sembrar cilantro, cebollín y todo eso pero te lo quieren pagar muy bajo. En cambio, como la grama es monte, un saco de grama te lo pagan en dos o tres dólares, y nosotras, como ignorantes, preferimos sembrar grama porque te la van a pagar mejor que el cilantro, que al final lo vamos a utilizar nosotras mismas.

Yanis explica que las cuentas por la producción de grama, y declara haber obtenido buenos ingresos.

–¿Y en que qué inviertes ese dinero?

–En mercancía para vender, por ejemplo empecé a vender refrescos, helados y compré una nevera. No tenemos que pagar ni alquiler ni agua porque aquí viene por gravedad de una tanqueta, nosotras tomamos el agua de una tanquilla que está por la montaña y cuando las personas riegan es porque tienen pozo.

“Soy casada, tengo 3 niños, 30 años y estudié hasta el cuarto año de bachillerato. Ahorita estamos limpiando un corte para sembrar ocumo, cebollín y si tenemos posibilidades, vamos a comprar la semilla de cilantro. Vivir aquí es muy sabroso porque te enfocas en la tierra y puedes sobrevivir sembrando una mata de plátano, una mata de cambur… Por ejemplo, mi hermana vive en San Antonio y ella sale a comprar, en cambio yo tengo mi siembra aquí, mañana, tarde y noche. Yo prefiero estar aquí porque me dedico a la siembra con mis hijos. Mis hijos están pequeños pero a ellos les gusta sembrar. Aquí los niños van a la escuela dos días a la semana nada más. Por acá cerca hay una escuelita. Yo quisiera que nos ayudaran para cambiar la mentalidad que tienen muchos de Cañaote-Begonia, que puedan decir que de Cañaote salen un camión de plátano o de cambur…

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7 comentarios

Leonidas Piñero 5 junio 2024 - 22:21

sembrar es una pasión y agradable estar en relación con la naturaleza

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Isabella 25 junio 2024 - 10:27

Tu eres una de ellas, una de la konuqueras aguerridas leonidas. te abrazo

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Nadia Trujillo 4 abril 2024 - 20:46

Ojalá los malandros algún día se dieran cuenta que es mucho más rentable (en todos los aspectos) agarrar una escardilla en vez de una pistola peeeero, los hombres actúan como si no fueran responsables de la vida., necesario es resetearlos. Tremendo ejemplo de Marbelys y Yanis , mis respetos a ambas .Deseo éxitos y que les lluevan bendiciones por producir alimentos .
El día que «se vaya la luz» el comercio de los refrescos no servirá de nada.
A la doctora, «el que persevera alcanza.» Chávez sigue vivo en su trabajo, en sus valores y en el alma a quienes contagias. Tierra y mujeres libres !!

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Estalina Báez Ramírez 31 marzo 2024 - 13:52

¡Excelente proyecto! Hermosa labor de nuestras mujeres, convirtiendo en milagro el barro, solo con amor y mucha voluntad. Disfruté la manera en que está escrito el artículo. Hermoso

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C. Mireya 31 marzo 2024 - 09:01

Algunas correcciones de lo antes escrito.
Agradezco que hagan ese trabajo: mujeres productoras, a las del ivic que las apoyan y a las que las muestran también por este medio de comunicación. Que la abundancua de la Naturaleza esté en sus manos prodigiosas para beneficio propio, de su familia, comunidad y estado. Mis felicitaciones.
N B. me gustaría visitarlas.

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C. Mireya 31 marzo 2024 - 08:56

Excelente es poco lo que hacen las mujeres de Cañaote-Begonia, lo que van produciendo de acuerdo a sus necesidades. Ese un medio de porducción, vendan sus unidades de producción, la grama en sus diferentes tipos al mejor precio posible y hagan intercambio de parte de esta con proteína animal de buena calidad, para su consumo y venta. Así el que venga por grama deje dinero y proteínas aprenderá que eso es fuerza de trabajo y no es sólo monte. les sugiero que con frutas como limones y otros vendan limonada y jugos naturales de frutas en lugar de refrescos que no deja salud sino dinero para esos que no les importa producir y vender cajas de refrescos a mayor precio que su producción que hay que valorar. Mujeres no descarten a los hombres para que tambien sean parte de su fuerza productiva para donde se requiera fuerza y otras pero bajo su dirección. Busquen entre ustedes como comercializar sus unidades de producción para que sigan en la independencia económica que llevan. Agradezco que hagan ese trabajo mujeres productoras, a las del ivic que las apotan y a las que las muestran también por este medio de comunicación. Que ka abundancua de la Naturaleza esté en sus manos pridigiosas para brneficio ptopio, de su familia, comunidad y estado. Mis felicitaciones.
N B. me gustaría visitarlas.

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Luz Marina Costero 30 marzo 2024 - 20:03

Excelente esas personas tenerlo claro que su propósito es beneficioso para todos!
Excelente entrevista 🌟

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